La mirada castaña estaba puesta en el horizonte, observando los pequeños destellos a lo lejos, que danzaban como si de un montón de luciérnagas se tratara, un enorme vacío se apoderó de su pecho, se sentía un poco sola, y sabía que todo eso no terminaría ni una sola vez en todo lo que le quedara de vida.
Observó sobre su hombro cuando escuchó como las ramas se quebraban a sus espaldas, sonrió completamente feliz, un rubio de ojos grises caminaba en su dirección mientras la sujetaba de los hombros para darle apoyo, todo el que necesitaba en esos momentos.
—Todo estará bien –lo prometió para ella.
—Te tengo a ti para estarlo –admitió, observando a las lucecillas.
—Es más difícil para ti que para mí –admitió él –después de todo, tú tienes que dejar más cosas atrás de lo que yo dejé, una familia enorme que te adora.
—Ellos comprenden, o eso quiero creerlo.
—Están aquí, para despedirse de ti, supongo que lo hacen, Ginevra.
—Draco... -musitó el nombre del joven apuesto.
—Puedes volver, si es lo que quieres, pero comprenderás que yo no podré hacerlo –observaron la pequeña línea a unos metros de ellos –pero comprenderé si tú lo haces.
La mujer de ojos castaños y cabello rojo como el fuego sonrió con melancolía, de quedarse atrás, jamás sería capaz de volverlo a ver, así mismo, ocurría con su familia, a esa distancia, no podía distinguirlos, eran como pequeñas lucecillas revoloteando de arriba abajo, si cruzaba la línea como lo había hecho él hacía unos minutos atrás, estaría en una nueva vida, con el hombre que amaba en un mundo nuevo, y en un tiempo, todo lo demás perdería sentido, su familia, todo, quedaría en el pasado, en un tiempo, su vida actual quedaría como un destello.
—Un día, cuando despertemos, ni siquiera sabremos por qué estamos juntos –admitió ella.
—Lo único que me importa es saber que estarás junto a mí, Ginevra, pero si esa razón no es suficiente para ti, bien.
Sonrió en dirección a las pequeñas esferas de luz, que no se acercaban más o correrían el riesgo de no poder volver jamás a su hogar.
—Es hora de marcharnos, Draco –lo sujetó de la mano y sonrió.
—Dime ¿estás segura?
—Un día, cuando nuestros hijos piensen en las hadas, nosotros jamás sabremos que fuimos unas –sonrió –jamás sabremos que huimos para poder estar juntos, serán una historia más junto a las sirenas, o todo lo que ahora conocemos y ellos no –acarició el rostro atractivo del hombre, sus rasgos se habían hecho humanos y a pesar de ello, quería seguirlo hasta un nuevo mundo, y el fin del de ellos, se giró a las luces y sonrió –los amo, y gracias por entenderlo.
Caminó decidida hasta estar a un paso de cruzar la línea, sujetó la mano de su pareja, cruzaron juntos hacia el nuevo mundo, que les daría la oportunidad de amarse libremente y ser felices, como su antiguo yo en el olvido.
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New World
FanfictionSonrió en dirección a las pequeñas esferas de luz, que no se acercaban más o correrían el riesgo de no poder volver jamás a su hogar. Este Drabble es parte del evento semanal del Drinny-Con 2018 organizado por la página de FB "Drinny All The Way".