Mas mala que el diablo

Melissa

Dejémonos de mamadas, ya nos aburren las historias de la impopular e idiota nerd, un personaje victimizado al máximo que termina robándole el novio a la popular y mala chica, termina siendo bella y colorín colorado este cuento se ha acabado.
Esta vez no, les traigo la historia de otro punto de vista, en el que yo soy la reina, la mala de la película, la cruel perra sin piedad que le tira el almuerzo encima a la chica fea y le roba el dinero del almuerzo, soy la que se pasea por los pasillos de la escuela con esos aires de superioridad entre medio de mis dos amigas, siempre al medio, a la cabecera.
Brillando, marcando la presencia, causando miedo y ganas, esa soy yo.

Dejémoslo claro desde el principio:

Josephine y Vinka, mis secuaces o "amigas" según ellas, como llaveros, siempre están a mi lado, y puedo manejarlas como se me de la puta gana,  podría decirles que se tiren de un puente y allá irían. Vinka es una imbecil, cabeza hueca, a Josephine la quiero un poco, he humillado a mas de uno/a por defenderla, y no hago eso por cualquiera.

Marcus, el supuesto "galán", arrogante y vanidoso, no es de extrañar, le llegan mil cartas de amor al día, todo tipo de cartas, una vez hasta le llego una oferta de mamada. Es bastante popular, por su buen físico y sus buenos rasgos, pero es un completo necio, apenas sabe sumar dos más dos y te aseguro que tiene un pene en la cabeza en vez de cerebro.
Ah, lo olvidaba, es mi novio.

Lukas, simplon, se vería mejor si se peinara un poco, parece que una vaca lo haya lamido en la noche, lindos rasgos, éramos mejores amigos en primaria, hasta que llegó la pobretona de Anne Marie y comenzó a juntarse con ella, yo claro me alejé, habrían serios daños a mi reputación e imagen si yo hablara siquiera con Anne Marie.

Hablemos de ella, pero no gastemos tanto tiempo, Anne Marie, una cartuchona con cero elocuencia para hablar, media tartamuda y débil. No hay año que se salve una paliza.

Y yo, Melissa, bellísima, brillante, la envidia de las malditas que tratan de imitarme pero nunca podrían llegar siquiera a tener la mitad de lo que yo tengo, puedo conseguir todo, absolutamente todo, lo que yo quiera.