Capitulo único

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¡Muy buenas a todos!

Les traigo el fic que se suponía que debía subir ayer pero no alcance ya que me motive de mas y se me alargo XD

Espero que le guste y que me perdonen si tengo alguna falla...

Los derechos de Gintama les pertenece al Gorila Sorachi.

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Fami-choko, tomo-choko... ¡¿Honmei-choko?!
[Okikagu-gintoki]
[Leve hijimitsu y shinsoyo]
[3-z]
[Dadtoki paranoico]

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Gintoki miraba con curiosidad la puerta que conectaba su pequeño salón con la cocina. Si bien, no podía ver lo que pasaba en dicho lugar, los sonidos de las ollas, utensilios y cualquier objeto proveniente de dicho lugar ¿Qué estaba haciendo su hija adoptiva en estos momentos? ¿Por qué de repente se le ocurrió encerrarse en la cocina con un extraño libro en sus manos? Froto su barbilla mientras intentaba recordar algo que pudiera conectar al extraño suceso que estaba sucediendo en estos momentos. Sus ojos se abrieron sorprendidos a recordar ciertas conversaciones que había escuchado hoy en su lugar de trabajo y en donde iba su pequeña hija a estudiar.

En dos días sería el día de San Valentín.

Su cuerpo quedo rígido al darse cuenta con más nitidez hacia donde iba los hechos que estaban sucediendo en la cocina. ¿Acaso su pequeña hija estaba preparando un chocolate para dárselo a algún chico? ¿Es que esa cabeza había logrado captar algo más que solo comer y dormir? ¿Sus hormonas de adolescencia por fin habían despertado? Un escalofrió recorrió por toda su espalda de tan solo pensarlo, no había manera alguna que aquello estuviera pasando. Kagura solo apenas tenía 16, a sus ojos aun era una niña que necesitaba de su protección, ella aún era muy joven para pensar en salir con algún chico, solo debía empezar a pensarlo cuando tenga 30 años y el fuera un anciano.

Su mente empezaba a darle una mala jugada, se imaginaba ese momento mágico donde su pequeña hija, toda nerviosa, se confesaba a ese mal nacido mientras le entregaba sus chocolates que ella misma había hecho con sus manos; tal como salía en los mangas de romance escolar. El terror se mostró en su rostro cuando su mente más lo traicionaba y se imaginaba a ese bastardo seduciendo a su inocente hija para llevarla a un motel y hacer cosas de adulto...

Se dio unas palmadas para tranquilizarse, negando a esas posibilidades que su traicionera imaginación le estaba dando. Su hija era una marimacha que solo le interesaba la comida del día y poder flojear todo el día, ella no había mostrado señales de interesarse algún chico, solo debían ser cosas de él y su paranoia. Estando más calmado, siguió con su pensamiento y buscando otro motivo.

Sonrió con orgullo y dicha cuando su mente cruzo la posibilidad de que su hija tal vez se había encerrado en la cocina dispuesta a darle el chocolate más grande del mundo, como agradecimiento por la crianza y sus enseñanzas; después de todo en Japón, ese día también era utilizado para mostrar gratitud a sus seres queridos. Incluso, ya tenía en su mente el regocijo cuando de ver al calvo llorando por la derrota silenciosa de quien era el mejor padre para la pequeña Kagura.

Con aquello en su mente, decidió dejar que Kagura siguiera haciendo esos esperados chocolates que seguro venía a su persona.

"Kagura realmente me conoce" pensó el del permanente plateado para dirigir su mirada rojiza a la jump de la semana. Ya más tranquilo con su mente a tal descubrimiento.

Fami-choko, tomo-choko... ¡¿Honmei-choko?!Where stories live. Discover now