Baby Shoes

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Alejandro estaba sentado en la silla mecedora frente al pórtico de su casa en las residenciales más acogedoras de la gran metrópoli. Era realmente tarde y no podía dormir en lo absoluto debido a los movimientos del bebé en su interior. Miraba receloso a su esposo echado en las baldosas de la puerta. Estaba dormido cuando según le iba a hacer compañía. Habían bajado porque Alejandro no había podido pegar el ojo pasadas las 3 de la madrugada y entre una breve plática Brayan terminó dormido dejándolo a él totalmente solo y con un irritable sueño.

Pasó su mano izquierda delicadamente sobre su vientre, intentando apaciguar los movimientos de su niño para que siquiera pudiera subir y pegar el sueño por cinco minutos. No sucedió. Alejandro suspiró para evitar sus ganas de llorar que estaban a nada de dejar de ser sólo "ganas" a ser una realidad.

—Brayan, maldita sea te odio tanto en estos momentos.— Dijo en un tono de voz tan marcado por su frustración pero que infortunadamente no era ni de cerca escuchado por el hombre que dormitaba casi frente a sus pies.

Miró al cielo una vez más y fue cerrando lentamente los ojos, estaba demasiado cansado, no podía con todo eso, así que simplemente aprovechó su cansancio para dormir a pesar de los movimientos de su hijo.


El calor de las sábanas le hizo saber que en algún punto de la madrugada Brayan se había dignado a ser útil y dejar de dormir cuando él no podía hacerlo. Miró la hora en el despertador a un lado suyo y se dio cuenta de lo tarde que resultaba ser, tanto que literalmente estaba a 10 minutos de ser mediodía. Se levantó con mucho cuidado de la cama para poder ir a la cocina a buscar algo de comer.

Bajo con cuidado las escaleras. Miró la casa en busca de Brayan y se encontró una nota pegada en la puerta.

"Amor, dejé comida para calentar en el refrigerador. Igual dejé unas camisas que necesito que me planches porque voy a ir a un evento de trabajo en la noche. Llegaré después de las 5 pm porque voy a ir a casa de mi primo, de ahí prometo llegar.

Pd: Me llevé las últimas galletas".

Alejandro entre cerró los ojos molesto. En vez de que él le esté cuidado le encargaba cosas, estaba fastidiado.

—Maldita gorda.— Bramó molesto al leer lo de las galletas, realmente no podía con esa última parte.— Tu papá nos terminará matando de hambre, te lo aseguro.— Comentó a su hijo mientras caminaba a la entrada de la cocina para abrir el refrigerador y sacar la ollita donde estaba el caldo que obviamente había comprado con la señora de dos cuadras más adelante de su casa.

Después de 15 minutos de calentar su comida se sentó a comer mirando hacia el sillón de la sala, ese donde no sólo estaban las camisas que quería que le arreglaran, sino que igual estaba la ropa sucia que no había lavado Brayan en al menos un mes entero.

Casi le da un tic en su ojo derecho al verlo. Jamás en su vida se había rebasado tanto un límite de su paciencia como ese día. Estaba seguro que eso de "Cita de negocios" no era otra cosa que una peda con sus colegas de trabajo y sabía que en cuanto llegara a casa después del evento le aventaría no uno sino cuatro pares de zapatos.

Baby shoes ||AleBrayan [COSAS DE CHICAS]Where stories live. Discover now