Palabras para un ex amor

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Estaba acostumbrada a la presencia de él, a sus palabras dulces, besos, abrazos y buenos deseos, a sentir su cuerpo unirse con la calidez de él. Ella amaba la pura inocencia de aquel chico con quién compartió años de su vida, ella anhelaba una vida entera a su costado, aunque no se lo plantease con todo lujo de detalles, sentía la sensación de que debían concretar su vínculo para la eternidad con ese compañero de vida que había tenido la fortuna de conocer puesto que ella no lo consiguió, no era ningún trofeo, solo apareció, para quedarse un tiempo y enseñarle la belleza de la vida. Consiguió otra perspectiva que adoptaría para el resto de su vida.
Reían y compartían como los mejores amigos que fueron y seguían siendo aún teniendo una relación. La más pura e inocente relación que alguna vez tuvo.
Ella ahora era él y él ahora era ella. Se habían vuelto uno solo.

"—Eres lindísima ¿sabes? —Le acaricio su mejilla mientras la miraba con ternura y le sonreía con dulzura, recostados en la cama de Amy.

—¡No lo soy! Y lo sabes, Sonic. —Hizo un puchero, acariciando la mano de el que mantenía en tu mejilla. Cerró los ojos y se dejó envolver por esa sensación cálida que la abrazaba al  sentir su tacto sobre ella.

—Sabes que eres bellísima, no lo niegues... —Le besó la frente y luego la nariz. —Sabes que no me enamoraría de una fea, así que hazme caso.

—¡Tonto! —Se le echo encima furiosa.

—¡Jajaja! ¡Entonces deja de negarlo, tonta! —La abrazo fuertemente mientras ella intentaba hacerle cosquillas por venganza.

—¡Sueltame sueltame! ¡Aaah! —Suplicaba mientras reía a la par de él, ambos divertidos por aquella jocosa situación.

—No puedo parar de ver tu rostro, Ames... —Tomó con sus dos manos su rostro admirando cada facción de él y amando cada detalle del mismo. Cada que la veía, sentía que estaba admirando a un lucero, un hermoso querubín. Un angel.

Ella no podía borrar de su rostro aquellos ojos enamorados y esas mejillas cubiertas de un rojo carmesí.
Lo amaba con todo su ser. Amaba su dulzura.

—Te amo, Sonic. —Unio sus labios con los de él, concretando sus deseos."

Todo el tiempo que pasó a su lado, fueron los mejores años de su vida únicamente, por tener a ese ángel en su vida. Le había enseñado lo que era amar de verdad, sin prejuicios ni condiciones, sin cadenas. Con total libertad.
Lo maravilloso es que ambos eligieron amarse y cuidarse sin esperar que aquello fuera mutuo. Amaban tanto sus almas, que aunque uno de ellos creía que sus sentimientos no eran correspondidos, continuaba velando por él y deseando su felicidad, fuese con quien fuese.
Lo amaba de verdad, lo amaba de forma ágape. Y aunque sabía que quizás él nunca le entregaría palabras dulces o tomaría su mano al atardecer mientras caminaban por la ciudad, o que tal vez nunca comerían un helado juntos en un parque, o nunca llegarían a hacer el amor y complacerse mutuamente por amor al otro, aún, a sabiendas de aquello, le seguía dedicando sus días.

Cuando menos se lo esperaba, sus sentimientos fueron correspondidos y la felicidad que desarrolló en su interior fue una felicidad gigantezca que absolutamente nadie se la podía arrancar o quitar a la fuerza.

"—Habia esperado tanto S-sonic, para que ese día llegase... —Habló cabizbaja, con la mirada hacia el suelo y con la voz quebrandose de a poco. —Y recibí aquello que tanto anhele recibir de ti. Y fui... feliz. Por primera vez en mucho tiempo."

Cometieron errores ambos, sentían mucha culpa y comenzaron a culparse de todo lo que sucedía. Las cosas comenzaban a tensarse.
Sin embargo ella lo seguía amando con locura y estaba dispuesta a resolver todos sus problemas a toda costa. Pero las cosas estaban cambiando.
Su ausencia cada vez se prolongaba más por periodos y su afecto se veía mermado por las constantes discusiones.
El intenso amor que sentian por el otro irónicamente era lo que propiciaba más discusiones.
Las malas lenguas dicen que, si no amas a alguien, no tienes discusiones con esa persona.
Pero por increíble que parezca, esas discusiones estaban acabando con la intensidad de ese amor puro y sincero que inició en su juventud, irónicamente empezaron por ese mismo amor.

Ella no podía soltar a alguien que le había costado tanto, la mitad de su vida ¡No! Debía luchar hasta el final, hasta que su respiración estuviera cargada de inseguridad, ansiedad y dolor.
Ella era mucho más fuerte que problemas banales.

Pero él no pensaba lo mismo.
Él no era tan fuerte como para afrontar esos problemas. ¿Pero por qué? Ella a la fecha de hoy, se sigue repitiendo la misma pregunta.
Él tiro la toalla cuando pudo.

Y ella cayó, y cayó, hasta perderse y no encontrarse ni en los espejos.
Dejó de ser. Pareciese que su alma ha  decidido irse a un viaje muy largo, en donde no incluía su cuerpo físico ni su corazón. La abandonó. ¿Por qué no la llevaste contigo, alma? Si ella estaba sufriendo tanto, el dolor le llegaba hasta los huesos, le dolía todo el cuerpo.
Lloraba y lloraba como si hubiese partido una parte de ella.
Soñaba recuerdos que creó con él, su mente y corazón la torturaban noche tras noche. ¿Hay alguna manera de que paren su dolor?
Ardía su corazón.
Más sin embargo, ella nunca le pidió volver ni nunca le rogó, como quizá alguien esperaría de Amy Rose. Porque ella sabia a la perfección que nadie podía meterse con la libertad de Sonic, ni si quiera su anterior amiga, amor y confidente. Ella respetaba su libertad, respetaba su ser.

"—Y aunque muchas cosas fueron mi culpa, mi inseguridad e inmadurez, nunca quise que esto sucediese, Sonic. —Suspiró, entrelazando sus manos con la cabeza aún gacha y los ojos cerrados, rodeados de ojeras. —Y aunque lo negué tanto tiempo  y pasé tanto tiempo intentado creermelo, aun te extraño."

Y paso el tiempo, los meses. Se volvieron a encontrar y decidieron comenzar una amistad nuevamente. Pero ella en el fondo sabía que no quería esa amistad, sin embargo, se conformaba, solo quería tenerlo cerca a toda costa. Oir su voz y percibir su olor, aunque sea de vez en cuando.  Era su dulce droga, aquella que la llevaba a otra realidad, la cual le gustaba más que la que tenía que afrontar.
Era su todo y su nada, era su bendición y su castigo. Era su amor y desamor.

Y las cosas seguían bien, una amistad que solo mataba su estado emocional de a lento.

Y continuaba sabiendo de él, de quien sabe que aventura, de cual sea amorío pasajero tuvo y ella, lo apoyaba en todo y escuchaba todo. Y esperaba pacientemente a que se acercase a ella en todas las ocasiones.
Y siguió llorando, hasta que no le quedaron más lágrimas, y siguió lamentándose y culpandose hasta que su cabeza le exigía callar por medio del sueño a entrada la mañana.

Hasta que decidió alejarse, porque ese amor ya no lo podía tener.

"—Y... A pesar de todo Sonic, fui feliz a tu lado. Y seguiré siendo feliz porque pude compartir mucho más contigo de lo que esperaba, y lo seguire siendo porque me enseñaste cosas inesperadas, que me fortalecieron y me hicieron afrontar mejor la vida tal y como es. Y en mi corazón seguirás siendo el primero y el último, el único que haya probado mis labios, el último con quién haya compartido una cama y quizás me has condenado, puesto que sé también, en el fondo de mi ser, que nunca volveré a amar a alguien, mi rayo azul, como te llegué a amar, a ti.

Se agachó y dejó una hermosa flor blanca recién cortada en aquella tumba que enmarcaba el nombre de Sonic the hedgehog. Y se alejó de aquel lugar, donde descansaba el único amor de su vida para la infinita eternidad.

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⏰ Last updated: Feb 20, 2019 ⏰

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