Introducción

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La Apología de Sócrates pertenece al período socrático del pensamiento platónico, por lo que trata de reflejar fielmente el pensamiento vivo de Sócrates y se detiene en un momento estelar de la vida de este gran hombre: el enfrentamiento final contra la sociedad ateniense con el fin de insuflarle la búsqueda de la virtud. En la Apología, se trata de poner de relieve la sabiduría humana, lo que más tarde Nicolás de Cusa, en un hermoso oxímoron, llamaría «docta ignorancia». De hecho,los primeros diálogos de Platón giran en torno a la figura de Sócrates. Pero, ¿quién fue Sócrates? ¿El Sócrates que encontramos en la Apología es una fiel representación del Sócrates real? A decir verdad, hay muy pocos datos sobre la vida y doctrina de Sócrates, porque este pensador desarrolló su pensamiento a través de la oralidad (nada dejó escrito sobre sus ideas). 

Sabemos que nació hacia el 469 antes de nuestra era en Atenas. Hijo de Fenareta, una partera, y de Sofronisco, un escultor, Sócrates fue un personaje extraño dedicado, exclusivamente, a la filosofía tal como él la entendía. Sobre la base de un testimonio de Luciano (respecto de la fealdad y el abultado vientre de Sócrates), Schopenhauer duda de la genialidad de Sócrates, y atribuye el brillo intelectual que muestra el ateniense a la pluma del gran Platón. Sea como fuere(haría bien el lector en cotejar la Apología de Platón con la versión menosesplendente de Jenofonte), Sócrates ejerció una fuerte influencia en muchos jóvenes, y debió gozar de una cierta fama para que Aristófanes lo haya querido ridiculizar en Las nubes. Evidentemente, Platón no fue el único joven seducido por el magisterio socrático. Sócrates dejó un fértil legado que se puede notar en varias escuelas (algunas contradictorias, pero todas inspiradas por el paradigma moral del sabio ateniense). Hubo una escuela cínica (fundada por Antístenes) que, adiferencia de Platón, mostró desprecio por la geometría y la teoría. El cínico Diógenes de Sínope fue un moralista radical, famoso porque habitaba en un tonel,alejado de la riqueza y de la alimentación sibarita. La impronta socrática se nota diáfanamente en una célebre anécdota, referida en varias historias de la filosofía: una vez se vio a Diógenes en pleno día con una tea encendida y cuando se le preguntó qué estaba buscando, respondió: «Busco un hombre honesto sobre la faz de la tierra».La muerte de Sócrates dejó una huella indeleble en el espíritu de Platón. Según su juicio severo, riguroso, implacable, la democracia ateniense fue la responsable de tan nefasto magnicidio. Este suceso decidió la acerba opinión de Platón en contra de la democracia, lo que según Popper (en The Open Society and itsEnemies) lo condujo a idear una ucronía totalitaria.En la Apología, Platón presenta su versión de la célebre defensa de Sócrates. Ánito, Meleto y Licón han acusado a Sócrates de terribles delitos (lo llaman«corruptor de la juventud, personaje en extremo pernicioso»). La tradición jurídica griega contemplaba la defensa por parte del acusado, y Sócrates respeta la ley al hacer su propia apología. No la tiene fácil, sin embargo, porque ha sido objeto de muchas calumnias que se han sedimentado en la mente de los atenienses, y Sócrates dispone de poco tiempo para tratar de derruir prejuicios tan terribles comolongevos. 

La estrategia argumentativa de Sócrates es tratar de dar cuenta, primero, de loscalumniadores más antiguos (como Aristófanes quien en Las nubes presenta unaimagen distorsionada del gran pensador), y luego rebate limpiamente lasacusaciones más recientes. De la lectura de este brillante ejercicio de la mente,quedan para la posteridad los siguientes puntos de la filosofía socrática: 

1. El valor más importante es la verdad, y esta debe presentarse de maneradesnuda, desprovista de galanuras y melindres retóricos. 

2. La virtud reside en el conocimiento y el vicio en la ignorancia. De donde sederiva que nadie obra mal a sabiendas. En consecuencia, una personaque cae en el vicio no debe ser castigada ni condenada; debe sereducada, debe ser instruida. 

3. La sabiduría humana es de índole negativa, consiste en el apotegma«Solo sé que no sé nada». De ese modo, Sócrates señala los límites delconocimiento humano. En efecto, se puede decir que Sócrates es el mássabio porque conoce los límites de su conocimiento. 

4. El mayor interés no es investigar los fenómenos celestes ni los fenómenosinfraterrestres, sino la autognosis, esto es, el conocimiento de sí mismo.Por ello, se pone de relieve el lema: «Conócete a ti mismo». 

Centrándonos en el proceso judicial, diremos que Meleto, Ánito y Licón hanacusado a Sócrates de ser un sofista (puede convencerte de que lo falso esverdadero), de corromper a la juventud y de no creer en los dioses. Los jueces leconceden la palabra a Sócrates y este empieza su apología. 

Desde el principio, Sócrates señala que su defensa no se apoyará en lasartes de la retórica, sino solo en el acendrado criterio de la verdad. Trata de explicarpor qué ha sido duramente calumniado: él ejerce la gran responsabilidad de ser elacicate de los atenienses, lo que ha acarreado que lo tomen como una molestia ycomo una perturbación. A los atenienses no les gustaba que se demostrara que su'sabiduría' es solo aparente e infatuada; es más, en vez de dar las gracias por estedesvelamiento, creció en ellos un sentimiento de profunda molestia, de odioacérrimo en contra de Sócrates. 

Al analizar las imputaciones puntuales de sus acusadores de turno, Sócrateslas refuta con una transparencia fulgurante. Incluso, demuestra que son una broma,dado que incurren en ridículas contradicciones. En efecto, ¿cómo Sócrates puedeno creer en los dioses y sí en los démones (que son hijos de dioses). Conseguridad, a lo largo del discurso, Sócrates provocó reacciones negativas de laasamblea (por ello, repite más de una vez «No os alborotéis, atenienses [...]»), loque podría explicar por qué los jueces decidieron, aunque en una votación muyreñida (280 contra 220), declararlo culpable. 

Al decidir la asamblea que Sócrates es culpable de lo que se le acusa,sobreviene la cuestión de la sanción correspondiente. Meleto pide la pena demuerte, y cuando Sócrates debe proponer una pena alternativa, recurre a la ironía, ala provocación. Incluso, parece que se burla de los atenienses que, encircunstancias parecidas, han recurrido al argumento ad misericordiam para salir delatolladero. Por ello, finalmente, es condenado a muerte (curiosamente, son más losque votan por la pena capital en comparación con los que lo juzgaron culpable). Sin embargo, Sócrates no muestra el más mínimo temor porque, dice, la muerte bienpodría ser una gran dicha.En esquema, el trayecto de la Apología es el siguiente: 

A. Exordio en el que Sócrates señala que su apología se va a centraren el valor de la verdad. 

B. Explicación de la animadversión en contra de Sócrates. Refutaciónde opiniones extendidas como la de Aristófanes. La interpretacióndel oráculo de Delfos y sus consecuencias prácticas: el métodosocrático (la lucha por el reconocimiento de la ignorancia).

C. Refutación de las imputaciones de Ánito, Meleto y Licón. Fin de laapología propiamente dicha. 

D. Momento en el que Sócrates, tras ser declarado culpable, debeproponer el castigo que él considera pertinente. En primer lugar,dado que no se considera culpable, sostiene que, más bien, deberecibir un premio. Antes las airadas propuestas de los jueces, demala gana dice que podría pagar una multa. 

E. Sócrates es condenado a muerte. Se dirige a los «atenienses» quelo condenaron y a los «jueces» (verdaderos) que lo absolvieron.Brillante reflexión sobre el sentido de la muerte. 


Apología de SócratesWhere stories live. Discover now