Más allá de Plutón

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Año 2101. La humanidad ha superado tantas fronteras científicas y tecnológicas que convirtieron a mi planeta en lo que siempre fue: un pequeño punto pálido azul.

Estar en esta época es muy aburrido, me siento agobiado, nada me motiva a seguir y creo que ya he visto todo en esta pequeña gota. El cielo dejó de ser un límite hace muchos años, quiero ver qué hay más allá, saber qué es la nada, observar parte del todo, .quiero explorar el universo, quiero ser alguien importante que revolucione la humanidad.

La inteligencia artificial que se aloja en sondas solitarias en la inmensidad del espacio, me ha abierto una pequeña ventana por medio de fotografías de lo que es nuestro sistema solar. Es como estar viendo el patio de nuestra casa por medio de un cerrojo, es frustrante.

Esos primitivos, contaminantes y desechables cohetes del mítico diecinueve sesenta y nueve, fueron la base para tener los infravalorados viajes parabólicos terrestres de hoy en día y el auge del turismo espacial. Los cohetes se empezaron a utilizar para vuelos comerciales ya que su lógica era simple: más altura y más velocidad daban como resultado menos tiempo de viaje. Es como tirar muy alto una pelota y aterrizar en el otro extremo del mundo en tan solo minutos, o al menos así lo veía yo.

Este progreso logró algo muy curioso, hizo que el planeta se encogiera. Por supuesto no lo digo en sentido literal, el planeta sigue teniendo la misma masa, fue mi percepción la que cambió. Solo hay que pensar por un momento lo colosal que era la tierra para ese sujeto que se demoró casi 60 días atravesando un océano en embarcaciones de madera y sin querer descubrió un nuevo continente, debió ser maravilloso.

La humanidad ha pasado por tres grandes revoluciones que ya cerraron su ciclo, la primera fue la agrícola de la que se tienen pocos o nulos registros. La segunda fue la industrial la cual no hubiese sucedido sin la creación de la máquina a vapor inventada por uno de mis mayores héroes James Watt. La tercera fue la revolución tecnológica que inició quizá con la implementación de la electricidad con personajes como Benjamín Franklin y Alba Edison. Hoy nos encontramos en la cuarta revolución humana: la espacial.

Soy admirador de aquellas personas que revolucionaron la historia gracias a sus aportes, pero hay alguien que admiro por encima de todos, sin embargo, no sé de quién se trata. Una empresa privada en menos de 100 años logró llevar al hombre de la Luna hasta Saturno. Ellos lograron desarrollar una tecnología para viajar por el sistema solar, estaban muy adelantados a su tiempo, es como tener un tractor en plena revolución agrícola. La empresa nunca reveló el nombre de esa persona, pero bueno, su legado es lo que me inspiró a ser ingeniero aeroespacial.

Estoy viviendo un momento histórico, nací muy tarde para descubrir el mundo, sin embargo, creo firmemente que estoy en el momento exacto para adentrarme en la profundidad del espacio y sé que lo puedo lograr; después de todo, trabajo y conozco a detalle una nave espacial.

En épocas pasadas, las personas con dinero pagaban millones por recorrer el mundo en medio de un barco muy lujoso que llamaban crucero, hoy se hace lo mismo pero en naves espaciales para visitar lugares como La Luna, Marte o el más famoso, costoso y lejano: Saturno.

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⏰ Last updated: Feb 27, 2019 ⏰

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