Essere

Me desperté con ganas de no hacerlo, el reloj marcaba una hora que con sinceridad ya no está en mi recuerdo, el sonido de las aves le daba la bienvenida al amanecer pero lo único que pasaba en mi semejante eran las ganas de solo desaparecer.

De pronto la existencia se vuelve algo difícil de llevar, se vuelve algo que sólo unos mortales pueden tratar. Me miento, me contradigo, me culpo. Otro día más, viviendo en este mismo impulso, que sin saber adónde nos llevará simplemente lo estoy tratando de soportar.

Me desvanezco, estoy desapareciendo. ¡Reacciona! ¿ Acaso soy sinónimo del amor actual? Ese amor que es pasajero y que es fácil de olvidar , que más que dejar algo se lleva lo que es difícil de recuperar.

Me convence pensar que son esas "circunstancias", las que me mueven, me empujan, que malditamente me detienen, que me hacen dudar y jamás demostrar. Que están ahí en todas esas horas, minutos y segundos, de mi indefinida y probablemente corta existencia en forma de enemistad.

Soy producto de las ganas, de las fuerzas y de las luchas, de lo que el que me tiene, me quiera dar. Soy algo enjaulado con una llave que todo el mundo tiene pero que muy pocos quieren re - utilizar.

Hay muchos como yo, con ganas de salir y explotar nuestra capacidad en el ser que nos ha tocado acompañar, pero que siempre nos toca ser la última opción por aprovechar.

Y es que dependo enteramente de ti, de cuanto me quieras cuidar, de cómo en tu forma de vivir me vas a ocupar. Dependo de tus decisiones y del valor con el que me defenderás, pero soy enteramente consciente que muchas veces eso no sucederá y lo único que tengo, eso que dolorosamente me queda, es humilladamente aceptar.

Pero que en la interminable espera, eso hará que vuelva de donde soy, sintiéndome débil y sin ningún propósito de superación, pero resguardado en el lugar en donde ninguna realidad puede tocar...

El puro y permanente núcleo de nuestra esencia, eso que llamamos "corazón" el responsable de crear el vínculo de compromiso que tenemos como seres del antes y de la razón.

Porque tú y yo somos un solo espíritu, en el cuerpo de algo hermosamente inconcluso. Soy el que siempre tuviste, tienes y tendrás que SER, pero que por las presiones y excusas que te pones nunca ves.

Respira mi otro yo sosegado, que cuando las culpas y cuestiones estén preparadas para desaparecer, yo simple y sencillamente regresaré.