Un gallinazo

1 0 0
                                    


Desde aquí puedo ver toda la ciudad. El violento andar de los hombres sobresale ante todo. Con fuerte pisada van sobre el asfaltado camino. ¿Sabemos adónde? Pasan las horas y siempre se muestran los mismos, en los mismos lugares. ¡Y yo lo veo todo!

Así llegará el día y así la noche. Ya se verán las luces, las fuertes luces que apagan el cielo, que sofocan la mirada. Otro es ahora el andar; más veloz por inseguro; lento por curiosidad y morbo.

Cuando yo paso, procurando el silencio, los miro a todos, ¡cuán pocas diferencias!, y yo sigo siendo el mismo, otro que se confunde entre tanto andar. Pasando uno me mira, y sabe también que no hay diferencia. ¿También estará ahora, o estuvo, tan alto, mirando lo que una vez anduvo?

Sé el tiempo que pasa sobre todos, aún sobre el alto y lejano cielo, sobre la piedra y el bosque, y ahora pesa sobre mí, no menos que antes, pero ahora lo siento más. Entonces los rostros que alguna vez conocí, las palabras que creí comprender se van borrando, lentamente, dejando vacíos que se llenan con otros anhelos, porque el vacío, tan fuerte, hace que el temor aumente.

El humo blanco va cubriendo mis ojos. Mis manos son ya una borrosa y extraña forma. ¡Acto glorioso el de mirar las manos antes de caer! ¿No son los hombres una curiosa sombra que va tomando forma, porque ciertas luces caen sobre la espalda de algo desconocido, cada vez más completo, ignorando que caerá la noche absoluta, el refugio de tantos, acabando así, paulatinamente, con ese quimérico ser que se creyó? ¡Acaso lo seamos, todos, aún el molde que nos da esta forma, el acaso que nos dé este sentir!

El conocimiento de lo que uno es debe alcanzarse antes de subir. Es infinitamente más grande que esto que ahora puedo ver. Pretendo una cumbre sólo por haber alcanzado escalones superiores. ¡Hay sobre mí otro, viendo estos nimios actos míos, descubriendo que esta criatura piensa y siente, aunque no se comprenda!

Luchar contra lo inevitable. Retrasar lo que debe suceder. Unos mismos actos, el accionar que nos mantiene con fuerzas, aunque nos seque, pues lo creemos necesario para construir un futuro, un refugio que nos asegure la tranquilidad que hemos soñado, que nuestros ancestros nos han legado. Hoy, siglos y siglos de historia, acontecimientos tan grandes, monumentos olvidados y biografías contadas de tan maravillosa manera, también amenazadas por ese inevitable acto que nos abarca a todos: ¡morir, ser olvidados!

Ya no retraso más mi acción. Sentir, desde aquí, donde el peso es más grande, donde las montañas se muestran más pequeñas, pero no dejan de ser el imponente monumento que naturaleza legó, sentir, pues, el viento que parecerá unirse todo y detener el cuerpo que caiga; o que, en su acto más noble, abra paso, como es lo propio. Pero el viento no detiene ni se aparta, pues no obra según la necesidad o capricho, sino según su ley, desconocida únicamente por temor a aceptar la verdad.

Que el viento lleve mi voz, mi último grito y suspiro adonde quiera; que regrese y vea que todo sigue en pie, que lo sucedido fue el movimiento de un grano de arena en el vasto desierto; que la caricia que dé a quien se revela ante mí ahora, habiendo perdido mi mente toda claridad anterior, toda serenidad dada por el recuerdo y el anhelo, mas ahora una más profunda, la de la decisión, la aceptación de la caída, sea una despedida secreta, que no importe más que eso; ya su mente sabrá obrar debidamente.

Como un barco en altamar, recibiendo la suave caricia de la brisa, llegando a las islas soñadas, atesorando el paso de la tormenta como experiencia, sabiendo que la dicha es ahora, yo iré, islas flotantes sobre mí, descendiendo a lo desconocido, lentamente y en silencio, lo profundo me abre sus brazos.

Un hábito, un extraño hábito... Y yo me veo perdido en él.

Son las 5 de la tarde. El sol se va ocultando. Sobre el lugar se ve un gallinazo revoloteando. Se detiene. Alza sus ojos al cielo. Ve llegar a sus compañeros. ¡Extraño compañerismo! Todos vuelan alrededor del cuerpo. Cada cual se procura la mejor parte. Se pelean. Naturaleza ha otorgado leyes de vida. 

Du hast das Ende der veröffentlichten Teile erreicht.

⏰ Letzte Aktualisierung: Mar 13, 2019 ⏰

Füge diese Geschichte zu deiner Bibliothek hinzu, um über neue Kapitel informiert zu werden!

Un gallinazoWo Geschichten leben. Entdecke jetzt