Para Ryeonggu - One Shot-

79 8 0
                                    

Para: Ryeonggu

De: Cho Kyuhyun

Ryeonggu, mi amor, te acuerdas como era nuestra vida de idols?. Digo era, porque nosotros dejamos aquello, por nuestra felicidad. Si, acepto que teníamos muchos lujos, dinero, un montón de fans que nos querían, pero...¿y nuestro amor?...¿Que era de nuestro amor?. Nuestro amor siempre quedo a un lado, por el simple hecho del que dirán y no fue por nosotros amor, si no por nuestros managers y nuestra compañía. Recuerdo como se sorprendieron todos al saber que habíamos renunciado, si, renunciamos a todo....menos a nuestro amor.

¿Te acuerdas cómo era nuestro departamento cuando recién nos mudamos? Ni cama de dos plazas teníamos. Tuvimos que juntar nuestras tristes camas de hombres solteros y llenar el hueco con almohadones. Me acuerdo y me da tanta risa, tanta nostalgia. Qué jóvenes éramos. Y no nos importaba no tener cama de matrimonio. No necesitábamos que ninguna cama nos confirmara que éramos una pareja. Nos acostábamos tarde, mirábamos tele o hacíamos el amor. Y por la mañana nos despertaba el sol, quemándonos los párpados y haciéndonos cosquillas en el cuello. Yo siempre me despertaba primero y me quedaba mirándote. Nunca te lo dije. Dormías con la boca un poquito abierta, o si no apretabas los dientes y hacías sonidos extraños, con el ceño relajado. Y cuando te empezabas a despertar; fruncías las cejas, cerrabas la boca y comenzabas a abrir los ojos.

Teníamos veintiún años. Yo nunca te lo dije pero ¿te acuerdas de Sungmin y SaEun, que también se fueron a vivir juntos ese año?, si nuestro compañero de grupo y a ella que en un tiempo atrás quería algo conmigo, pero después se enamoro de Sungmin, No te lo conté, porque sabía que te ibas a poner triste: hicieron una apuesta para ver cuánto tiempo durábamos. Pensaban que ellos, por ser heterosexuales y tener el apoyo de la sociedad y la religión, eran inmunes a las rupturas, a las diferencias, a las peleas. Y que nosotros, porque éramos dos gays, dos maricas, no podríamos estar juntos. ¿Te acuerdas, mi amor? ¿Te acuerdas de que a los seis meses se separaron? ¡Y nosotros ya llevamos 5 años juntos!.

No teníamos refrigerador. Qué mal lo pasamos ese verano. Tomarnos una bebida fría era como arrodillarse en el oasis de un desierto y meter la cabeza en el agua. Otra cosa que no te dije (no importa, te lo digo ahora en esta carta, ya sabes que yo no soporto que sufras): Heechul se burlaban de que fuéramos tan pobres, ya sabes que el no dejo la vida de idol, el con tanto dinero, supongo que no le iba mal. Pero ¿viste, Ryeonggu? el dinero tampoco puede comprar el amor. Y nosotros solo necesitábamos un refrigerador... No nos fuimos de vacaciones y compramos una baratita, usada, en Mercado Libre. Y fuimos felices. Y esa noche me acuerdo de que la luna estaba llena como una bola de helado de crema y yo pensaba que si alargaba el brazo hacia ella podría alcanzarla para darle un mordisco.

Esa mañana, cuando salimos, vimos que habían plantado un pino justo debajo de nuestro balcón. No nos preocupamos. Mi amor, ahora sentado acá,en ese balcón que es este balcón, lo veo. Este pino que creció tanto desde esa mañana en que lo dejaron junto a nosotros me hace compañía mientras te escribo esta carta. Me gusta pensar que es nuestro amigo, que nos mira mientras dormimos y que si no se aburrió durante estos diez años fue porque nos tuvo a nosotros para evadir su soledad: dos maricas enamorados cocinando ramen en la cocina, recitando de memoria nuestras canciones como grupo (¡ya debe odiar a Super Junior este pobre pino!), aguantándonos el sueño mientras nos turnábamos para teclear nuestros trabajos en nuestra única y vieja computadora. ¡Ay, Ryeonggu, si este pino hablara! Esta tarde hay viento, y veo su copa mecerse suavemente. Dos hojas pinchudas se le vuelan y caen sobre el teclado de mi netbook. Supongo que esa es su forma de expresarse, de agradecerme que le haga un lugarcito en esta carta tan importante. ¿A ti qué te parece?

Nuestro departamento parecía una feria de las pulgas. Teníamos una mesita plegable, un par de banquitos. Compramos platos en un bazar de todo por dos pesos. Platos y vasos de plástico, porque los de porcelana y cerámica eran muy caros y la comida sería la misma en donde fuera que la comiéramos.Cómo nos dolió el sartén, ¿te acuerdas? Qué cara fue para nuestros bolsillos, bueno para ti, ya que en aquel entonces eras tù el que trabajaba por ambos. Pero lo valió, porque cuando cobraste el sueldo hiciste unas tremendas milanesas con papas fritas que me sabieron a gloria, a paraíso, a que no importaba que tuviésemos que ir al trabajo en bicicleta aun cuando lloviese,que no pudiéramos irnos de vacaciones, que no tuviéramos televisión por cable. Nos teníamos el uno al otro y eso nos hacía luchar, seguir adelante.

Para Ryeonggu - One Shot-Where stories live. Discover now