Capítulo 1

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–Lo siento Steve.

–No es lo tuyo disculparte.

–Ciertamente no lo es, pero es la única vez que lo diré.

–Me gustaría que estuvieras aquí, realmente Loki.

–Nunca me fui.

  Una y otra vez, volvía a aparecerse en mis sueños, tan real, que me asustaba. Fue tonto lo que hizo, y sigo sin poder comprenderlo del todo. No quiero pensar, que la promesa que hizo entonces, también sea una de sus mentiras. El tiempo sigue transcurriendo tan rápido, como si nada hubiera pasado, como si al universo realmente no le interesara que la mitad de sus pobladores hayan desaparecido; como si no le importara en lo más mínimo haberse llevado a las personas que estimo. Seguiré confiando en que los que se fueron volverán, porque temo a lo que pasará, si no lo hacen.

  Siempre siendo soldado me pregunte, como se sentirían los familiares al perder a sus hermanos a sus hijos a sus amigos a sus padres en la guerra, mi padre murió como soldado, pero era un niño entonces, no entendía realmente porque mi padre tuvo que morir. Ahora que logre entenderlo creo, que es algo que nadie debería padecer, porque es un dolor que el tiempo nunca te quitará, por mucho que intentes superarlo, jamás se irá. Esto me llevo a la conclusión, de que los soldados se sacrifican por una razón, que va más allá de ellos mismos, lo sé por experiencia; pero con Loki me di cuenta, que también un Dios debe sacrificarse por un bien mayor a ellos. Aunque lo que más negaba era, hacer el bien, es lo que al final siempre hacía, en este caso, como si fuera un soldado; dio la vida con tal de salvar a Thor.

  Llegue a la convicción de que un soldado piensa, mi padre así lo pensó en su momento, en su propia lucha; yo lo pienso, y quiero creer que así también lo hizo Loki. No importa cuánto nuestros mundos sean destruidos, porque sobre todas las cosas, lo que un soldado tiene que asegurar es que a la humanidad le quede una esperanza. Para Loki esa esperanza era su hermano.

  Le confíe estas palabras a Tony una vez, y él me contesto: "Había mil maneras en las que podría haber actuado, y en las que podría haber vivido, pero siempre fue un dramático, una diva, siempre necesitó del espectáculo, y sí yo no soy un soldado, mucho menos lo fue Cuernitos". Como siempre, me contestaba tratando de evadir su propio dolor. Simplemente le conteste: "Sí, después de todo tú lo sabes porque eres igual de diva que él, pero no cometas el error de creer que este es el telón final". Dije esto y le colgué. Sabía que dejarlo con la palabra en la boca, era lo que más le molestaba. Pero no importaban las veces en las que terminara nuestras conversaciones, siempre era yo el que volvía a llamarlo, y esa madrugada no iba a ser la excepción.

–Hola– contesto Tony, fingiendo voz de dormido, después de haber visto el techo de su habitación durante media hora.

–Perdón, ¿Te desperté?

–No, estaba esperando tu llamada– dijo sarcásticamente. Era verdad.

–Hpm... Sigues siendo un...– dijo sonriendo.

–Cuida tu lenguaje– lo interrumpió, y a su lado le hablo Pepper. "¿Es Steve? Mándale mis saludos, y dile que si quiere le mando un poco de mi sueño"– dijo Pepper, para volver a taparse hasta la cabeza. –Ya escuchaste.

–No iba a decir nada irrespetuoso– se excusó. –Gracias Pepper, pero prefiero estar despierto, por ahora.

–Oh ella volvió a dormirse– dijo observándola, por un momento. –Otra vez los sueños, supongo– se levantó de la cama, para ir al sofá, y no molestar el sueño de su esposa.

–Sí. Y son cada vez más recurrentes– dijo frotándose los ojos.

–Sabes, nunca me dijiste como empezó su relación.

Como si fuera un soldadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora