Vida y Muerte

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Al inicio de los tiempos, antes de que todo fuera creado, ya existía un ser increíblemente poderoso llamado Vida. De la nada él creó al mundo y lo decoró como más le gustó, con organismos a los que llamó "vivos" como conmemoración a su persona por ser su creador.

Al mundo que él había creado llegó un ser curioso que se limitaba a observar todo cuanto podía; su nombre era Muerte y nunca había visto tanta belleza como en aquél lugar.

Todo estaba muy tranquilo en su mundo y Vida se sentía satisfecho, pero a su existencia le faltaba algo, una cosa se sentía incorrecta; salvo las veces en las que se encontraba con Muerte en el río.

Un día el inocente Vida le comentó a Muerte que creía que su existencia estaba incompleta sin ella. Muerte se sintió halagada y en vista de que ambos, para ese momento, habían descubierto un nuevo sentimiento al que juntos llamaron "amor", se pusieron de acuerdo y sellaron su descubrimiento con un beso.

En el momento en que los labios de Muerte se rozaron con los de Vida, éste calló al suelo inconsciente. Muerte estaba aterrada, había pasado lo mismo que cuando tocaba las creaciones de Vida, se marchitaban y pasaban a un lugar lúgubre que solo ella podía visitar.

Muerte no pudo evitar notar que con las creaciones de vida su hogar parecía de un modo menos tétrico, más vibrante y hasta un poco "vivo", aunque en realidad ella le había robado esa luz que tenían las cosas vivas mediante un proceso que ella llamaba, con mucho rencor, "muerte". Sí, justo como ella, y al proceso le llamó matar, porque se parecía mucho a robar, que era en su opinión, lo que ella hacía.

Ella pudo observar la manera en la que del cuerpo de Vida, que aún reposaba en el suelo, se desprendía un polvo espectacular al que ella llamó con todo el dolor de su corazón "estrellas", las cuales se fueron volando hasta el cielo; como todo lo que hacía Vida, parecía latir con la fuerza arrolladora de la existencia de su creador.

Muerte pensó que le había robado la existencia a Vida pero no fue así. Él despertó un rato después del que sería su primer y último beso de Muerte, y el único beso que obtendría en toda su existencia.

Ella comprendió que cada vez que lo besara le robaría un poco más de su existencia, puesto que ella había sido creada para robar y destruir. Así que con dolor Muerte se despidió de vida y se alejó de él, ya que había probado el elixir de sus labios y sabía que no se podría contener de nuevo.

Para alguien que estaba muerta y había probado la vida en labios de alguien más, fue el gesto más bondadoso y desinteresado que haría jamás. Fue el único gesto de amor que se le permitió a Muerte. A cambio Vida le demostró su amor con la creación de seres vivos que fueran tan hermosos, inteligentes y caóticos, de tal manera que ella nunca pudiese resistirse a tocarlos.

Él se los mandaba para que le hicieran compañía. Llamó a esos seres "humanos", e hizo que su luz no se extinguiera luego de la muerte, para que así le alumbraran la eternidad, ella fuera feliz y pudiesen llamar a su regalo con el nombre de "hijos de la muerte".

Los hijos de la Muerte✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora