PROLOGO

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Era una tarde lluviosa en la época del Sengoku, dentro de un pozo antiguo de piedra y madera yacía una chica inconsciente que poco a poco fue despertando al comenzar a sentir el agua recorrer su rostro. Lentamente se incorporó al mismo tiempo que se daba cuenta que la tierra y el agua comenzaban a formar lodo a su alrededor, en ese momento trató de levantarse pero un fuerte dolor en la pierna izquierda la detuvo así que recorrió la abertura de su vestido sólo para darse cuenta de que ésta tenía un enorme morete en la pierna y su tobillo se encontraba completamente inflamado lo que ocasionó que la zapatilla que llevaba se desabrochara, después miró su pierna derecha la cual se encontraba con varios rasguños al igual que la otra. Trató de apoyarse entonces completamente con las manos, pero se dio cuenta que su brazo derecho no tenía fuerza.

- Y ahora como voy a salir – dijo para sí misma al momento que soltaba un suspiro.

El nivel del agua comenzaba a preocuparle ya que en la posición en la que estaba, ésta ya comenzaba a cubrir sus piernas.

- Ni hablar – dijo y una vez más trato de ponerse de pie con todas sus fuerzas, apoyo una mano en el suelo y otra en la pared del pozo al momento que comenzaba a levantarse nuevamente, pero una punzada recorrió su pierna izquierda haciendo que casi perdiera el equilibrio, después de tomar aire continuó incorporándose. Cuando al fin lo logro suspiro profundo y empezó a escalar aquella pared como pudo, sus manos iniciaron a sangrar a la mitad del camino y sus piernas a dejar de responder, pero sabía que si se rendía caería y esta vez nada la salvaría de una fractura en sus extremidades inferiores.

Cerca de un templo abandonado pasaba una pequeña caravana compuesta por un Daiyōkai de cabellos plateados y ojos color ámbar, una niña de cabello y ojos castaños que viajaba sobre un dragón de dos cabezas y un pequeño Yokai verde. El Daiyōkai alcanzó a percibir en ese instante que de aquel templo emanaba un aroma a tierra mojada mezclado con sangre y un toque de otro aroma que no alcanzaba a distinguir y que a la vez le parecía delicioso, se quedó pensando en esto hasta que la voz de la pequeña lo saco de sus pensamientos.

- Señor Sesshomaru, ¿Cree que podremos descansar en ese lugar abandonado? Tengo frío y sueño.

Él lo pensó un minuto y al darse cuenta de que aquel templo ya no era un lugar sagrado y la curiosidad por saber de quién era ese aroma a sangre que provenía de él, el Inu comenzó su rumbo hacia el templo seguido de los demás y al entrar se dieron cuenta del ambiente tan solitario y hasta cierto punto lúgubre que tenía aquel templo.

- Jaken – Hablo Sesshomaru

- Si amo bonito.

- Recoge algunas ramas para hacer una fogata y busca algo con lo que pueda cubrirse Rin, no quiero que se enferme.

- Como ordene amo Sesshomaru

El Inu continuó caminando hasta lo más profundo del templo donde encontró la salida a un jardín, sus ojos seguían buscando lo que hacía que Yako, estuviese tan ansioso.

- Sé que debe estar por aquí

- Hmp,

- Tu estas tan ansioso como yo... -

- ¡Mire señor Sesshomaru, Una princesa!!! – gritó Rin interrumpiendo la discusión que éste tenía con su bestia interna – y parece que está herida – sentenció con tristeza.

El Inu fijó su mirada en el punto que le señalaba la pequeña y efectivamente en el fondo y al pie de un pozo de piedra, se encontraba recargada una joven de piel tan blanca como la misma luna que respiraba con dificultad, efectivamente parecía una princesa ya que llevaba su cabellera negra recogida con pequeños adornos en plata, un vestido largo y muy pegado a su cuerpo de color uva, con pequeña pedrería en su pecho y junto a ella se encontraban sus zapatillas. Después de mirarla detenidamente y olfatear con detenimiento, Sesshomaru se percató que de ella emanaban los aromas que había percibido unos minutos antes de llegar al lugar, mirándola detenidamente alcanzaba a ver que en sus brazos corrían pequeños hilos rojos de sangre al igual que de sus piernas y pies.

- Señor Sesshomaru... ¿Cree que este bien?

- Rin, ve con A-Un – Se percato que una presencia de otro Yokai de bajo rango se acercaba

- Pero...

- Se una niña buena y quédate sobre él.

Rin asintió y en cuanto se fue, de entre los arboles salió un demonio ciempiés que se dirigió directamente a la joven, el Inu estuvo a punto de sacar su espada cuando se dio cuenta de que un campo de Reiki protegía a la joven.

- Conque otra Miko - pensó para sí mismo – tentador- afirmó Yako.

Miraba la escena con detenimiento, aquel ciempiés se había llevado una buena descarga a pesar de que la Miko se encontraba considerablemente débil, una segunda embestida logro debilitar el campo, el cual hizo que esta reaccionara y para cuando llegó la tercera apenas si pudo esquivar al demonio. Sesshomaru por su parte había decidido mirar hasta donde era capaz la Miko en su estado actual. La joven sólo podía esquivar y encestar algunos cortes con sus manos envueltas con su Reiki en forma de navaja.

- ¡Serás mi cena!!!

Gritó el demonio mientras perforaba el hombro de la chica con uno de sus brazos y esta soltó un alarido de dolor. Al zafarse del agarre del demonio dio un paso en falso que la hizo caer en un pequeño acantilado que terminaba en un claro de agua siendo perseguida por el demonio y este a su vez por el Inu. La chica rodo al momento de su caída recibiendo varios golpes los cuales la dejaron inconsciente mientras el ciempiés se deleitaba al saber que por fin obtendría su cena, estaba a punto de dar la estocada final y comenzar a devorarla cuando una espada lo decapito haciéndolo caer inerte.

Sesshomaru quedo frente al cuerpo inmóvil de la Miko y después de unos segundos la tomó entre sus brazos para regresar al templo. Ya en el se encontró con Rin y Jaken.

- ¿Amo bonito que ocurrió? ¿Por qué trae a esa humana con usted?

- Señor Sesshomaru ¿Qué le sucede a la princesa?

- Vamos de inmediato al castillo

- ¿Por qué amo Sesshomaru?

- Rin necesita un buen baño caliente y la princesa que la curen - Dijo lo último mirando Rin a lo cual ella asintió.

Sesshomaru se volvió una estela de luz y Rin y Jaken salieron a toda velocidad montados en A-Un.

TU ERES MI MIKOWhere stories live. Discover now