Capítulo 1

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El sol resplandece con fuerza trayendo consigo un agobiante calor y sequia a lo largo del Reino. Dentro del, en una habitación alejada, se encontraban dos mujeres dando un tremendo duelo de miradas, una de ellas sirvió el té sin apartar la mirada. Le ha tendido una taza a la otra joven, no sin antes aclararse la garganta.

- ¿Gustas una galleta? - Ofreció con una hipócrita sonrisa, destapó una caja donde dentro de ella se encontraban galletas hechas a mano y provenientes del Reino vecino. La otra mujer negó con molestia al percatarse que ella se habia tomado la molestia de servirle té sabiendo que si no es del correcto podría correr riesgo su avanzado embarazo.

- ¿Tú no tomarás té? - Preguntó la princesa de largo cabello castaño. La pelirroja rió con malicia.

- No es bueno para mi embarazo ... - Le miró retandola con la mirada - Sin embargo ... yo te estoy invitando a tomar el té y es una descortesía que no lo hagas, deberías dar un tra-

- ¿Sigues empeñada en acabar con la vida de mi bebé? - La castaña tragó saliva, la oji azul abrió los ojos, no estaba sorprendida, pero le alegraba saber que su victima sabia lo que tramaba. - Ya te dije que mi bebé y yo no vamos tras el trono.

- Eso no me constá - Rió de nuevo devorando una galleta - Hay dos puntos a mi favor que no concuerdan con lo que dices. Tú planeas no quedarte con el trono si es que tu hijo es varón, pero es no es lo que piensa mi hermano, el va tras el trono ... Eres egoista al no incluir los sueños de mi hermano con los tuyos, lo estas dejando de lado ... te recuerdo que gracias a el puedes vestir esas galas que traes puestas.

Recorrió la vestimenta de Marit con burla, la mujer de cabellos rizados rió para seguido pornerse de pie tomando consigo la  humenate taza de té.

- Vamos ... no lo hagas más dificíl ... ambas sabemos que eres culpable de muchas cosas. Toma esto y huye con mi hermano, el trono me pertenece - Le tendió la taza con un tono amenazador. La castaña abrió los ojos asustada, no estaba dispuesta a perder a su bebé solo por su avaricia por el trono.

- No lo haré - Habló con firmeza dirigiendo su mirada hacia el otro extremo de la habitación. Yurei furiosa tomó fuertemente a Marit del cabello y entre forcejeos le intentó hacer que consumiera el té, pero fue inutil, la oji verde de un fuerte golpe en el vientre le hizo caer al suelo, un charco de sangre se hizo presente junto con un chillido desgarrador.

Marit aterrorizada por lo que habia hecho tomo un tragó del té para no ser incriminada, pero habia sido demasiado tarde, los guardias y sirvientas llegaron a la habitación, un fuerte dolor se hizo presente en su vientre y fuertes golpes se sintieron de entro de ella.

- ¡Tu otra vez te saliste con la tuya! - Gritó la princesa con un gemido ensordecedor. Las sirvientas comenzaron a correr de un lado a otro mientras ambas se miraban con un dolor total. Marit no podia articular ni una palabra.

Uno de los guardias ordenó llamar al principe y al doctor, decidiendo así que darian a luz en esa misma habitación si es que no querian perder más tiempo.









La habitación se habia llenado de gritos y llantos, corretizas de un lado a otro y sangre en la mayor parte del piso de madera.

Yurei habia quedado inconsciente mientras que con una fuerza del todo débil hacia dejar despierta a Marit gimiendo de dolor, las mantas blancas de ambas se habia tornado de un carmesí intenso.

Los ojos de Marit se llenaron de lágrimas, abrió su boca y nombró al doctor que pacientemente aguardaba a su lado junto con su ayudante.

- Doctor ... - Pronunció con esfuerzo - Debo hablarle a solas, esté miró  a su ayudante y salio enseguida. Al oir la puerta cerrar prosiguió  - Usted me dijo que ... que depues de ayudar con mi alumbramiento se jubilaria ...

- A-Asi es ...

-Su labor aqui ha terminado ... doctor - El hombre de avanzada a edad le miró con extrañeza

- ¿Por que lo preg- Marit interrumpió

- Lleveselo - Señaló la cuna de donde provenian unos chillidos suaves provenientes de un bebé.

- Es una niña ... ¿A donde quiere que la lleve? -  La mujer le hizo una seña para que se acercara a su oido y susurró





Unos minutos más tarde el doctor salió con un par de sábanas cubiertas de sangre hechas bolas, su ayudante se ofreció a llevarlas consigo para mandarlas a lavar, pero este sorpresivamente se negó y despidió rápidamente de la chica deseandole lo mejor dejando a esta confundida y sin oportunidad de reprochar o preguntar algo siquiera.
El hombre se alejó lo más rápido que pudo y salió del castillo en la noche, alejado del castillo decidió entrar a una posada para poder pasar la noche, pidió una bebida caliente y una habitación, la bebió con prisa y subió con todo el bulto de sábanas que traia consigo desde el palacio.

Lo puso delicadamente sobre la cama y enseguida se escucharon unos berridos horribles, con un temblor en las manos abrio cada capa de la sábana y pudo ver bajo los rayos de la luna que atravezaban la ventana a una hermosa criatura retorcerce en llanto, una princesa.

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⏰ Last updated: Jul 08, 2019 ⏰

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