atiny

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━Maldición━susurró.

Wooyoung había estado despierto toda la noche leyendo libros. Tenía un examen bastante importante la mañana siguiente, y más le valía no reprobarlo. A decir verdad, reprobar era algo a lo que él no acostumbraba. Tal vez por sus gafas bastante grandes, o porque a veces tartamudeaba al hablar (si es que la timidez se lo permitía); Jung Wooyoung era considerado por la mayor parte de sus compañeros como un cerebrito.

Su mano había dejado marca ya en su mejilla izquierda, de estar tanto tiempo con el rostro apoyado en ella y en la misma posición. La espalda le dolía a más no poder, pero a pesar de haberse estado esforzando al máximo por concentrarse y pasar con una nota buena su examen, el cerebro de Wooyoung estaba muy lejos de poder siquiera imaginarse una ecuación, o un problema matemático.

Él estaba distraído, y quién iba a decir que la razón de su despiste era nada más y nada menos que su compañero de habitación con el que había estado compartiendo sus pocos meses como alumno nuevo de esa universidad.

Al primer día de conocerse, Wooyoung pensó que Choi San, chico ligeramente más alto que él, ruidoso, despreocupado y tal vez un poco (muy) torpe... era un completo idiota.

Y es que no podía pensar de manera diferente, pues todos los días se las ingeniaba para jugar con su paciencia, con su mente. Con él... pero Wooyoung no se quejaba, o al menos no lo hacía en voz alta, porque su vida antes de la llegada del compañero de cuarto estuvo basada en, como decía San, "devorar libros", y preocuparse demasiado por no tener números rojos en sus boletas de calificaciones.

Antes de compartir habitación con San, tal vez el ser introvertido era más fuerte en Wooyoung que comunicar lo que sentía, lo que pensaba e incluso si necesitaba favores, solía no pedirlos. Se perdía de oportunidades sólo por el simple hecho de ser malo con las palabras, pero en sólo cinco meses, San había logrado hacerle mejorar. Ahora podía hablar, y gritar si era necesario...

Aunque la mayoría de esas ocasiones, sus gritos eran regaños, San estaba muy contento cada vez que tenía oportunidad de oír la voz de Wooyoung.

Tanto San como Wooyoung se sentían atraídos uno al otro, y se dejaban pistas tal vez bastante obvias, miradas y sonrisas que tal vez para otras personas serían extrañas o podrían incomodar al resto... ambos eran diferentes, y se sentían comprendidos por las tal vez no tan discretas señales.

Se trataba de una atracción bastante bonita, pero... no en estos momentos, donde Wooyoung no podía dejar de pensar en San diciendo la frase en inglés "ah, tiny!" y por lo tanto, ya estaba haciendo media hora que no podía mirar sus libros y leerlos. Sólo tenía los ojos encima, pero no prestaba atención a otra cosa; sólo a la frase que San solía repetir.

De sólo recordarlo, el corazón de Wooyoung daba un brinco de los nervios. Su compañero dominaba bastante bien el inglés, y era de esperarse, pues la mitad de su vida la vivió en Estados Unidos, y aunque el inglés del de gafas no era tan bueno, era lo suficientemente inteligente como para saber lo que San quería decir...

━Me estaba llamando pequeño... o tal vez... esas palabras son para...━otro murmuro se escapó de entre sus secos labios. Sus ojos seguían sin poder visualizar lo que realmente había en aquellas páginas del libro de álgebra. San no estaba en el cuarto en ese momento, pues había salido a pasear con su mascota, su perro llamado Shiber, a quien él amaba y apreciaba demasiado. Tanto era así, que Wooyoung no estaba seguro de su propia mente en ese momento ━¿para mí, o para el cachorro?

Incluso teniendo consciencia de sus sentimientos el uno por el otro, tanto San como Wooyoung se guardaban su confesión. Aún no le habían dicho al contrario lo que sentían. No directamente; no con las típicas palabras.

AH, TINY! ϟ woosan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora