Aquel invierno tan frió

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Aquel invierno que dolía el frió, ya no me encontraba dentro de mi ser, por las temperaturas tan bajas que hacían en aquel lugar, donde pase una temporada en el hospital, solo poseía un suéter agujereado y el que era mi acompañante de habitación, lo veía entrando por la puerta una y otra ves diciendo una y otra vez al entrar por aquella puerta sin perilla ni cerrojo "ahí dormía mi hermano", mi dilema era cambiarme de habitación o soportar sus comentarios sin razón ni motivos, así fue que me acerque a una enfermera, cuando llegue a la enfermería me dijo la enfermera "el traslado de habitación sera para una larga espera"  fue entonces donde le insistí una vez mas con que me de un acolchado mas, al no haber calefacción en aquel hospital lúgubre, solo se sobrevivía como una ave enferma con el sueño de los hombres de poder volar con liberta por el firmamento del cielo, "maldita enfermera, rubia y tarada debía ser, maldito invierno"  decía hacia mis adentros.. Pense podría engañarla con mi dilema, el del pulmón de fumador, y con mi aspecto podría ingeniármelas para convencerla de darme aunque sea una manta, pero de fiebre volaba y mis pensamientos no eran claros, lo único que sabia era que iba a ser una larga espera hasta que llegue la primavera y para que pudiera recuperar así un poco mi salud.

Luego de unas semanas llego la primavera y en autobús de vuelta a mi casa me encontré a una vieja amiga sentada unos asientos mas adelante, se veía muy diferente a lo que recordaba de ella, lucia un nuevo peinado, el pelo decolorado a blanco alvino y otro tipo de estilo de ropa de la que usaba cuando nos conocimos, pero dudaba si realmente era ella, Era su cara pero en otro cuerpo, un estilo tan diferente que me hizo pensar, "habré salido del hospital o todavía sigo adentro" no soporte la duda y me acerque al aciento de ella le pregunte "¿Te llamas Luciana, verdad?" y me respondió "si soy yo, vos sos Francisco o ¿no?" y me senté a su lado a conversar durante el resto del viaje, le comente que estuve internado en el hospital y el motivo, pero hacia oídos sordos a lo que decía yo, parecía muy inquieta por hablarme de ecología, le di la palabra y por cada frase que decía pensaba yo "Pero que eco-idiota, así no se salva el mundo"... pero seguí escuchando, me sentía bien, la fiebre había bajado bastante desde que empezó a salir el sol en el hospital, cuando se bajo del autobús y caminaba por la vereda de al frente, me di cuenta que el mundo que yo conocía ya no era el mismo y que no debía volver a los lugares donde alguna vez fui feliz, ese pensamiento me hizo bajarme unas paradas antes de mi destino y así hacer mi vida en un nuevo lugar con mis reglas, placeres y lujos, sabia bien que no iba a ser fácil pero lo iba a lograr...

Aquel invierno tan frióOnde histórias criam vida. Descubra agora