Atravesé el pasillo con grandes expectativas. La puerta era idéntica a la de mi habitación, con el mismo aviso inclinado de advertencia que había pintado de niño. Pero, ¿Cómo era eso posible, si estaba en un museo?
No lo pensé demasiado, solo la abrí, y sentí que hasta las yemas de los dedos me temblaron al son del chirrido que emitió.
Detrás, vi mi propio retrato. Estoy seguro de que era yo, pero mi cabeza no tenía un rostro. Me asusté, pero me aterré aún más cuando no pude tocarme la boca, ni la nariz, porque ya no estaban.
YOU ARE READING
El Retrato
FantasyMicrorrelato de fantasía para el quinto desafío literario del perfil @FantasiaES