Cocina.

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El cielo se veia oscurecido, las nuves se hacían presentes y Seokjin se preguntaba a que hora llegaria Tae.

Estaba a punto terminar de picar algunas verduras para la sopa que preparaba, estaría lista en 40 minutos y se aburria.

Soltó un suspiro, presto atención al ambiente que empezaba a hacerse frío, las pequeñas olas de viento rozaban su piel y lo que pensó su mente es que tenía que cerrar la ventana. El sonido de la puerta lo sacó de sus pensamientos; ni siquiera se molesto en levantar la vista del cuchillo que cortaba.

—¿Por qué tardaste tanto en ir a la tienda? ¿No que solo querías unas galletas o algo así? — Seokjin apretó los labios.

Se escucharon pasos lentos, pudo sentir una presencia que se acercaba y puso una bolsa al lado de él, para posteriormente sentir unos brazos al rededor de su cintura, en pocas palabras: un abrazo por la espalda.

El cuerpo del contrario estaba frío.

—No te imaginas, — la voz de Tae era tranquila y esto mismo lo relajo — tuve que ir a cuatro  tiendas diferentes caminando hasta que lo halle.

—¿Por?

—¡No estaba lo que buscaba por ningun lado! —soltó un suspiró y Jin rio, era como escuchar a un niño quejándose.

—Pobre de ti, caminaste.

—No sabes lo decepcionante que fue entrar a las tiendas y no encontrarlo.

Seokjin chasqueo la lengua— dejame dejar las verduras en el refrigerador — menciono tratando de zafarse del agarre ajeno, pero sin éxito.

—No quiero, me quiero quedar así más tiempo.

Si, definitivamente estaba tratando con un niño.

Rindiendose movio a un lado las verduras, y recargo sus codos en la mesa.

Viendo la mesa del comedor.
Desde que fueron a comprarla Seokjin penso que era demasiado grande, después de todo, solo vivían ellos dos en el departamento.

Podria abrazar a la mesa y aún así sobraria un cacho.

Además, ahora que lo pensaba, nunca comían allí y tampoco tenía visitas, así que en aquel silencio con un pecho recargado en su espalda decidió que aquella era un desperdició de espacio.

—¿Y se puede saber que te costo tanto trabajo?

—¿Me pasas la bolsa? —Seokjin la agarro y puso en frente— ahora abrela y dime que hay.

—Mmm — lo hizo perezosamente — jabon, papel higiénico, cinco paquetes de galletas y... condones y lubricante— cerro la bolsa y la dejo de lado —¿En serio Tae? Apenas se acabo ayer.

— ¿Qué? Traje todo lo que se necesita.

—No tenias que comprarlo hoy.

—Claro que si, mientras no lo tengamos no lo quieres hacer.

Jin rio, sonando su peculiar voz en el departamento — Que tragedia.

—¿Sabes que es tragedia? Que la marca de lubricante que te gusta sea tan difícil de encontrar. Cuatro tiendas hasta que lo encontre.

—Así que era eso, ¿Te digo otra tragedia? Tango frío y no me dejas cerrar la ventana— Taehyung le volteo la cara tratando de besarlo pero Jin se alejo —Tae...

—Yo te caliento, sabes que soy muy bueno en eso — apretó su agarre.

Seokjin levanto una ceja—¿No estabas cansado?

Lubricante.Where stories live. Discover now