Capítulo único

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Trafalgar Law y Eustass Kid se encontraban en la azotea del edificio de Doflamingo —tío del primero—, contemplando el atardecer en la ciudad.

Aquel día, Law cumplía veinticuatro años, y su excéntrico tío había decidido organizarle una fiesta en su departamento. Aún faltaban algunas horas para que los invitados llegaran, pero Law no estaba de humor.

Al joven de ojos grises no le gustaban las fiestas. No creía que su cumpleaños mereciera ser celebrado, y mucho menos junto a sus alocados parientes. De no ser por la insistencia de Doflamingo, hubiera pasado el día junto a Kid, sólo ellos dos...

—Hey, Trafalgar —lo llamó el pelirrojo, sacándolo de sus pensamientos—. ¿Quiénes vendrán hoy?

Law se alzó de hombros, volviendo a la realidad.

—No lo sé, Doffy organizó todo. Supongo que vendrán los de siempre, ya sabes, tíos, primos, amigos de la familia.

—¿Va a venir tu tío borracho que en la fiesta de fin de año se disfrazó de bebé? —preguntó Kid con entusiasmo.

—Es probable.

—¿Y tu tía la loca que se cree artista?

—Seguramente.

—¿Y tu tío el imitador de Steven Tyler?

Law rió ante el comentario.

Él y Kid llevaban más de una década de amistad. Se tenían absoluta confianza y conocían todo acerca del otro. Hacían toda clase de cosas juntos, y era habitual que Kid pasara días enteros en casa de Law, por lo que la familia de Trafalgar lo conocía muy bien. Incluso, habían llegado a tratarlo como a un integrante más.

Se podía decir que su amistad era perfecta, excepto por dos ligeros inconvenientes: Law estaba enamorado de su amigo, y este era completamente heterosexual...

El pelirrojo había salido con más chicas de las que Law podía contar con los dedos de ambas manos, y siempre le hablaba de sus experiencias en la cama. Como si eso fuera poco, tenía como pasatiempo leer revistas donde se mostraban mujeres sin ropa, y se las enseñaba a su amigo con orgullo. Para su decepción, Trafalgar siempre las ojeaba con desinterés.

—Vamos, Trafalgar, ¡mira eso! ¿O ya te contagiaste de tu primo el desviado? —le decía cada vez que el de ojos grises ignoraba sus revistas.

—Eustass-ya, te dije que no llames así a Dellinger-ya —era la respuesta de Law.

Era cierto que él y Kid eran muy diferentes en ciertos aspectos, pero nadie lo conocía como Eustass.

Law no recordaba cuándo había comenzado aquella afinidad por el pelirrojo, aunque no podía negar que amaba al imbécil de su amigo desde hacía mucho tiempo.

No obstante, cuando llegaron los invitados, Law tuvo ganas de matarlo.

Kid se había acercado con altivez a dos de sus primas, Baby y Monet, y comenzó a platicar con ellas animadamente. Las muchachas no parecían prestarle demasiada atención, bien lo conocían y sabían lo insistente que el pelirrojo podía llegar a ser en cuanto a ligar se tratara.

Pero no sólo iba detrás de ellas. Muchas veces,vhabía intentando coquetear con Lami, la hermana de Law, pero la joven era tan inocente que jamás se percató de sus intenciones.

Law no sabía si su amigo en verdad estaba interesado en ellas, o si lo hacía por imbécil. Después de todo, Kid tenía interés por cualquiera que tuviera pechos.

Eustass-ya, eres un imbécil | KidLawWhere stories live. Discover now