Aquel con la verdad

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—No lo puedo creer, esta vez lo arruinamos de verdad. —Lamentó alguien triste en la sala.

— ¿Qué esperabas? siempre lo arruinas, siempre fracasas ¿Por qué nunca puedes hacer nada bien más que molestarme? —Replico alguien molesto.

—Claro ¿y tú qué? ¿Haces algo más que quejarte? Regañas todo el puto día y no haces más que eso, gritas y gritas como si todos tuviéramos que aguantarte —Dijo alguien ansioso.

—Ya. Digan lo que digan, se acabó. No hicimos nada en su momento, no podemos hacer nada ahora—Informo alguien desde un sofá con un leve vacío en la voz.

El vacío se levantó del sofá y se acercó a la ventana, todo empezaba a ponerse de negro afuera mientras detrás de él, los otros tres miraban sus esperanzas con las mismas caras con las que hablaban.

—Creo que ahora... —dudo un poco antes de retomar la voz y girarse a ver a sus compañeros, dando un leve suspiro— Lo siento chicos, pude ser mejor que esto...

Aquella tristeza empezó a llorar mientras se sentaba en el sofá, tomando la voz con un poco de melancolía.

—Fue mi culpa, siempre que estoy, siempre que existo algo malo termina pasando, termino alejando a otros siempre, termino...—El ansioso lo interrumpió.

—Deja de culparte por todo, todos lo hicimos mal, todos te tiramos a un lado siempre que aparecías...

—En mi defensa todos ustedes molestan, —decreto el enojado— tenemos responsabilidades y nunca las podemos tomar porque, o aparece el deprimido inútil o el filósofo sin emoción... Para nada, porque igual las cosas nunca salen como las planeamos.

Aquel que se sentía vacío puso su espalda contra el ventanal mientras miraba el techo y se deslizaba suavemente.

—Nunca logramos ponernos de acuerdo... —murmuro sutilmente— ¿Por qué siempre negamos al otro? Mírennos ahora, no hay sentido en nada en este momento, no importa cuánto peleen, cuanto digan que el otro no existe a menos de que ustedes estén... —dedicó la mirada a sus compañeros— Los tres lo tratamos mal siempre, él nunca nos escucha por andar triste y no busca soluciones a nada más que seguir así hasta maltratarse a sí mismo; tú siempre estás preocupado por todo, crees que todo es tu deber, que si tú esto, tú lo otro, "yo" "yo" y más "yo", es la única porquería que hay en ti, siempre quieres la razón...

—Siempre la tengo... —le respondió el ansioso— cuando no me escuchan y se ponen a tratar de pensar por ustedes todo sale mal, debemos movernos, la vida va más rápido de lo que podemos sentirla y siempre que ustedes buscan expresarse terminamos perdiendo tiempo y sufriendo en el proceso, además... —Aquel enfadado lo interrumpió.

—Ya cállate, maldito narcisista. Molestas, irritas, todo el día aguantamos cada estupidez que se venga encima y andamos siempre sobre todo porque el señor "políticamente correcto" no puede pasar ni un bendito segundo pensando en algo que no sea el mismo. Soportamos abusos de otros porque "alguien tiene...", vamos por otros aun cuando pone en mierda nuestra salud porque "alguien tiene que...", y al final nos mandas a la mierda a nosotros porque no te importa nada más, pero claro, cuando vez que te sale el tiro por detrás eres la desgracia y no puedes quejarte nunca de nada.

—Si fuera por ti le meterías un golpe a todos en la cara por la más mínima cosa...

—Lo haría porque para ti la más mínima cosa es que te insulten en la cara y duden de tu inteligencia...

—Eso no es nada, hay gente que tiene cáncer y...—El molesto lo interrumpió.

—Claro, como no es cáncer, o la muerte de alguien, o algo que le afecta a otro, no te importa. Que te traten mal todo el día, vale igual porque si lo hacen es porque tú eres el malo, siempre "tú".

Aquel con la verdadWhere stories live. Discover now