Parte Única

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Después de la visita de la Reina Miel, la Montaña Jardín comenzó un nuevo ciclo, otras criaturas vivientes comenzaron a salir de lugares recónditos, entre ellas una muy curiosa, con un pequeño caparazón rojo y pintas negras, brillaba y justo cerca de ella, osaba posarse en sus hojas. Fue en ese instante que Eily le pregunta:

¿Quién eres?

A lo que ella le responde:

- Soy una depredadora natural, pertenezco a la familia de las coccinellinae, me conocen como Mariquita.

  - Soy una depredadora natural, pertenezco a la familia de las coccinellinae, me conocen como Mariquita

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Eily, muy curiosa le dice:

Te llamaré Mariquita y ¿qué es un depredador natural?

Mariquita le explica:

Nuestra familia tiene como función cuidar de todas ustedes, de plagas que puedan acabar con su existencia.

Eily, exclama ¡guau tienen un trabajo bastante complicado!

Mariquita, se sonríe y le dice:

El tuyo también lo es

Eily le dice: ¿por qué crees que mi trabajo es complicado?

Mariquita, piensa un rato y responde:

Acá está sembrado el tesoro de la humanidad.

   Acá está sembrado el tesoro de la humanidad

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Eily asombrada interroga:

¿un tesoro?

Mariquita explica:

Si, un tesoro. La Montaña Jardín guarda con mucho cuidado a cada una de ustedes, para que perduren hasta la eternidad.

Eily confundida le dice:

Y eso ¿por qué?

Mariquita responde:

Cada una de ustedes, al igual que cada criatura viviente de la Montaña Jardín, fuimos creados por el Rey de los cielos para cumplir una misión.

Eily curiosa, vuelve a preguntar:

¿qué misión tenemos nosotras las flores?

Mariquita sabiamente razona lo siguiente:

Eily tu eres pura de corazón, de ti tomarán la honradez que te caracteriza, sigue tu destino.

Eily quedó pensativa, por todo lo que le dijo Mariquita y también un poco asustada, pues, en ella se había depositado una gran responsabilidad y eso a su vez significaba un gran compromiso, sin embargo, si seguía su destino como lo señalaba Mariquita todo saldría bien. Dijo entonces en voz alta:

De mi dependerá que las criaturas humanas sean puras de corazón, honrados y tengan la conducta que el Rey de los cielos espera.

¡Así será!

Eily: La flor de la HonestidadWhere stories live. Discover now