01: Kim Namjoon

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Se encontraba en Paradise in Hell como cada viernes, sentado en la barra tomando un whisky, admirando a todas las personas en aquel lugar, sus ojos se posaron en una morena realmente sexy y con increíbles curvas que se acercó a él para tomar asiento a su lado, de modo coqueto casi descarado la hermosa morena mostró sus largas y hermosas piernas, mientras descaradamente posaba su mano cerca la entrepierna de este hombre tan sexy y caliente como el infierno mismo, sus ojos se encontraron con la mirada tan expresiva de esta hermosa chica, se podía jurar que había fuego, deseo y lujuria por este hombre tan atractivo, se inclinó lo suficiente para susurrar en su odio y poder aspirar su colonia costosa realmente exquisita.

- Podemos ir a otra parte- dijo con voz aterciopelada y mordiendo su oreja

Eso puso tan caliente a nuestro hombre que sin dudarlo tomó su mano y la llevó a un cuarto privado para poder lograr su cometido, comenzaron a besarse con locura y desesperación, el hombre pasó sus manos por su pechos bien formados y hermoso trasero, manoseándola sin pudor alguno, sus deliciosos pechos encajaban a la perfección con sus manos grandes como si hubieran sido hechos para él y para su placer, los aplasto un poco y ella gimió contra su boca, demostrando cuánto disfrutaba de aquel toque, su miembro comenzaba a endurecerse, cada minuto que pasaba se volvía más sucio y más necesitado para ambos.

Bajo sus manos por el diminuto vestido rojo que se ceñía de manera hermosa en su cuerpo, lo levantó hasta despojarse de él, se dio cuenta de que no tenía sostén pero sí llevaba una bellas bragas de encaje, como le excitaba ver que sus parejas sexuales usaran lencería de encaje, coló una de sus manos a través del delicado encaje, intentado encontrar ese delicioso punto de placer y empezó a masturbarla, estaba tan lubricada y era todo por aquel hombre tan guapo y experimentado que sabía dónde tocar y como tocarte, como si su único trabajo fuera complacerte, introdujo otro dígito en ella, todo en ella era gemidos tan deliciosos que lo hacían ponerse más duro, aumentó el ritmo de sus penetraciones con sus dígitos, sus paredes apretaban sus dedos, no le faltaba mucho para llegar a su delicioso clímax, fue en ese momento cuando ese vaivén tan placentero se detuvo, miró al hombre confundida por tal acto tan desconsiderado, acto seguido desabrocho sus pantalones, sacó su pene que desde hacía algún tiempo estaba pidiendo ser liberado, esta tan erecto, escurriendo liquido pre seminal, deseando ser atendido por alguien, a la chica le brillaron los ojos en cuanto vio esta longitud que se relamió los labios, todo lo que deseaba era que ese pene estuviera en su boca llenándola, tomando todo ese precioso líquido.

-¿Lo quieres?- preguntó el hombre con voz entrecortada por la excitación del momento

Se bajó de él, para después arrodillarse, tomar su longitud con su mano y lo metió a su boca, empezó a chupársela como si de una paleta de tratase, chupaba la punta, luego lo engullía por completo en su boca, provocando un sonido de sofoco, lo estaba volviendo loco, se sentía tan bien, como en el cielo, estaba follándose la boca ella misma, pero el necesitaba tomar el control como el dominante que era, así que tiró de su cabello para establecer el ritmo que él deseaba tomar, ella se dejó llevar sin rechistar, tragaba toda su longitud ahogándose, llenado sus ojos de lágrimas, amaba esa clase de escenas, le fascinaba el control, estaba cerca de su propio clímax, aceleró el ritmo y la miro a los ojos compartiendo una mirada deseosa que provocó que se viniera en su boca, ella tomó gustosa su esencia, trago y trago hasta que él sacó su pene de su boca, delineo sus labios con los rastros de semen que aún quedaban en él y ella se relamió, la puso de pie, la beso para degustarse a sí mismo, la llevó a la cama y se deshicieron de la ropa faltante, se colocó un condón y se introdujo en ella de manera dura y salvaje, daba estocadas firmes y lentas, para después moverse rápido y aún más duro podía oírse el sonido de su piel al unirse y los obscenos gemidos que soltaba cada uno, bajaba y aumentaba el ritmo retrasando el orgasmo para volverlo más intenso, más salvaje y más delicioso.

Liberame Hoseok (NamSeok)Where stories live. Discover now