Obsesión

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Con el propósito de romper la rutina y seguir el consejo de Samantha sobre salir un poco más con sus compañeros, Henry decidió asistir a una excursión a república Dominicana, irían por un fin de semana, entre el itinerario se encontraba la visita a los 27 charcos de Damajagua, como siempre cualquier cosa que se tratara de nadar lo entusiasmaba, sin embargo se estreso al gestionar todo lo de sus permisos, pues no habían podido localizar a su tío, y la única solución fue decirle a Samantha que fuera con él.

—Que conste que lo intenté, al parecer el destino quiere que siga saliendo contigo— expresó el menor resignado.

—Olvida eso, ni que fuera mala compañía, solo debemos mantener algo de distancia, soy tu cuidadora, y no es bueno que sepan que estamos en una relación. Además el director me nombró fotógrafa oficial de estos eventos, así que tú disfruta de la caminata, mientras que yo documento todo sobre esta maravilla natural.

—Genial, me habría gustado poder ayudarte

—Claro que me ayudaras, tú ya sabes tomar fotos de paisajes, así que depende de ti para que podamos estar juntos por un ratito.

—No se diga más, lo haré, tu veras como me pagas.

—Sí que eres exigente —Se quejó la mayor.

Dos horas y media duro el viaje, al llegar se instalaron en el hotel más cercano a los conocidísimos charcos de Damajagua, allí uno de los profesores a cargo dio las indicaciones y el cronograma, estarían todo el sábado haciendo un tour por el balneario, pasado el mediodía regresarían al restaurante ubicado cerca de la zona de guías, allí se dispondría de dos horas para almorzar y continuar con el recorrido por los diferentes escenarios, una vez concluido volverían al hotel para cenar. El día domingo se estableció actividades libres, siempre y cuando fueran en grupo y bajo supervisión de un adulto, Henry aprovecharía ese día para pasarlo con Samantha.

La caminata comenzó con la presentación del guía, este recalcó las medidas de seguridad, allí Samantha alistó su equipo y le hizo entrega a Henry de una cámara, una vez listos los gritos de ansiedad resonaron y la aventura dio inicio. Bocas abiertas ante los asombrosos paisajes que se revelaba a medida que iban subiendo, cada nivel era embellecido con una cascada, una piscina que se formaban y conectaban entre sí por medio de toboganes de piedra que la propia naturaleza había creado con la fuerza de lluvia que caía sobre todo ese conjunto de peñascos y rocas de 12 metros de altura. Henry aprovecho la dirección de la luz del día para capturar todo esa mezcla de colores que otorgaba aquel ambiente, junto a sus compañeros de natación fueron los primeros en deslizarse, nadar y saltar, no faltaron las risas y chiflidos cuando llegaron a una cascada llamada T.O.Y.S, se veía tranquila, esta solo atacó a los que llevaban el traje de baño por debajo de la cintura, los ingenuos sufrieron al ver como la fuerza del agua se los bajaba. Ese momento incómodo y muchos más fueron fotografiados por samantha desde una zona elegida para enfocar y aprovechar todo ese hábitat que los rodeaba, obviamente no perdió de vista a la persona que la agitaba, le dolía mucho el no poder demostrar lo mucho que lo amaba, obligarlo amar en secreto no era justo, pero para muchas personas la vida no era justa. Sin detenerse alzó su equipo y se dirigió a otra zona para alistar soportes y realizar mejores tomas desde una mayor altura, justo al comenzar a subir chocó con un hombre alto y robusto quien no reaccionó, solo la miro y siguió.

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En la MiraWhere stories live. Discover now