Siempre estás por encima de todos; columpiándose con aquel positivismo, alegría y comprensión. No eres un dios pero tampoco un humano. Con la moral del hombre moderno y antiguo, frustrando a la realidad; creyendo ciegamente en la sociedad. Así que...
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-Portada variante-
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Los oscuros, crueles y siniestros pasillos de Arkham Asylum: lunáticos, psicópatas, monstruos, violadores y asesinos se encuentran dentro de sus pasillos. En una de estas habitaciones, se encontraba el que quizás sería el peor de todos ellos, o más bien corrijo: el peor.
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El Joker se mantenía atado a una silla de madera, con sus muñecas y rodillas sujetadas a la misma.
—Empecemos de nuevo —oía el payaso desde una bocina puesta en la orilla de su habitación, ya que desde otro cuarto se encontraba un piscólogo, tratando de comprender al payaso príncipe del crimen.
—Je, je —reía el payaso—. No eres importante en este mundo.
—Todos son importantes en este mundo.
—No querido doctor, la verdad es que a Dios no le importas, tu existencia solo se reduce a este momento. Tu destino fue nacer, crecer, y llegar justo aquí...
—¿Por qué piensas eso?¿ A caso sera una propia visión de tu traumatismo? ¿Piensas que a Dios no le importa tu existencia?
—Hay tantas versiones de la creación de Dios. Que si creo al mundo en siete días, que si nos hizo de arcilla; ¡patrañas, patrañas, patrañas! La verdad, solo hizo falta una hoja y un lápiz.
