Capitulo I - Parte I

12 2 0
                                    


Las 4 noches predestinadas ya se encuentran en mi corazón y me esperan impacientes en su lecho, mientras mi corazón insaciable se encuentra lleno de excitación y hace lo posible por saciarla; aunque al final siempre es el mismo resultado.

Imposible de desaparecer, aunque lo intente una y otra vez; es como si estuviera esperando a una persona especial o a alguien que me brinde su amor de la manera más honesta; aunque esto solo me sucede desde que conocí a aquella persona.

---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Si mal no recuerdo, fue en un día domingo cuando fui por primera vez a mi clase de tango, la cual hace poco había comenzado. Así fue como le conocí él estaba en las mesas esperando su orden y mi grupo y yo ensayando los pasos de baile que nos acababa de enseñar el profesor.

Al principio no lo note, pero al momento me percaté de que me estaban observando comencé a sentirme un poco incomoda ya que en el café la visión no es muy buena y menos de noche, por lo que no le pude ver bien el rostro; aunque a pesar de ello seguí concentrada mi baile.

Al terminar la clase nos tomamos un receso para empezar la milonga, mientras que esperábamos que llegue el resto de los participantes para comenzar el baile libre, el cual duraría hasta alrededor de lo una de la mañana. Ese era el tiempo estimado en ese momento, disimuladamente mire para corroborar que a la que haya mirado fuese a mí aunque estaba un poco perpleja conmigo misma ya que era una sorpresa que me interesara ver a un hombre, o al menos eso era lo que pensaba en ese instante.

Con todo esto olvide presentarme mi nombre es Daiana Abigail Torres, tengo 17 años y estoy en la universidad estudiando arqueología, ya no vivo donde me crié. Para poder estudiar tuve que venirme a Salta, a la academia de arqueología; ya que la carrera previamente mencionada no se encontraba en mi ciudad.

También tuve que buscar un nuevo grupo de baile, donde conocí a nuevas personas. En resumen una experiencia puramente nueva para mí ya que nunca había vivido sola, aunque la verdad que era una experiencia grandiosa y estaba tan ansiosa que el día del viaje estaba preparada en la estación una hora antes.

Lamentablemente cuando llegue tuve que ir por todas las cajas con mis pertenencias, las cuales envié previamente. El ordenarlas fue algo tedioso pero reconfortante ya que iba a poder decidir el orden de mi apartamento y eso era algo que siempre había querido hacer y lo más importante iba a poder decidir el color de mi habitación; a pesar de que pueda sonar un poco infantil. Me dedique a ordenar todo y a dejar las cosas en su lugar.

Al menos eso es lo que recuerdo de ese día, lo único que lamento al venirme fue el dejar a personas y a grupos en los cuales me encontraba y tener que empezar en unos nuevos. De todas formas me he seguido contactando con ellos por correo y celular por lo que no me preocupo mucho, aunque de todas formas no es lo mismo que verlos cara a cara.

A los pocos días de llegar ingrese a un nuevo grupo de tango y al momento de empezar la milonga....se acercó:

-¿Hola Diana soy Ángel quieres bailar? (dijo al momento en que me encontraba tomando un café en mi asiento)

-Bueno....y ¿cómo sabes mi nombre? (le conteste mientras observaba su apariencia)

-¿Primero a bailar no te parece? (dijo al verme con un rostro sereno)

-Bueno (al aceptar pude notar la apariencia de aquel joven, era alto, delgado y con una estructura muscular que notaba algún trabajo físico de vez en cuando)

-¿Eres un poco arisca no?

-No es solo que no te conozco por eso, además es medio raro que sepas mi nombre nunca te había visto.

PredestinadosWhere stories live. Discover now