Llevaba
tacones de aguja
para coser mandíbulas
que ella misma separaba.
Negros. Brillantes.
Combinados con vestido
de terciopelo cruzado
esmeralda.
Labios amarillos
que la destacaban,
melena azabache que caía
como una indomable cascada.
Ojos felinos verdes
capaces de atrapar
los sueños más íntimos.
Pisaba fuerte.
Fuerte,
con dificultad,
golpeando entre sí
los dientes.
Esconde
sus secretos amoratados
en grandes joyas,
en medias nude.
Pero nada pudo evitar
que desfalleciera
cuando entera flaqueaba,
cuando su atuendo de realeza
fue hecho jirones.
Nada pudo evitar
que dejara sus alaridos
en los espectadores,
refugiados
en pesadillas macabras.
Ninguno fue el salvador
de la guerrera
de gran lenguaje corporal
y de pocas palabras.
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Dedicado a LeonKudell
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Poesía errante
PoetryLetras de un ADN formado por las constelaciones estelares apagadas, pero vivaces. El reflejo del sentir en versos sin hogar concreto, que abordan temáticas diversas. Todo ello dentro de un mundo de ínfimas luces, cuya única escapatoria es la poesía...
