i (do not) want him to be my boyfriend.

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Aquello era una estupidez. Una humillación pública.

Iba a colgar a Doyoung del árbol más alto de todo el campus por obligarlo a hacer eso. A Doyoung y a todo el grupo de imbéciles que tenía por amigos que se reían tras él como si Taeyong no estuviese más que dispuesto a tirarle uno de sus zapatos de tacón que calzaba y mismos en los que se sostenía precariamente.

Tirando hacia abajo el borde del vestido que se le subía por los muslos, gruñó en voz baja y observó sus flacuchas piernas decoradas con las largas medias, pensando en todo lo bajo que había caído.

Aunque debía de admitir que el vestido era bastante lindo... De color negro en su totalidad, que dejaba sus hombros apenas descubiertos, ajustándose con seguridad en su cintura para luego apretujarse entre sus caderas, derivando a los rellenitos muslos que luchaba por cubrir con un jaloneo cada dos por tres. Se sentía muy lindo, sí...

¡Pero no iba a admitirlo! Mucho menos en frente de Doyoung y Yuta, el novio de su amigo y el mismo que seguramente había dado la idea de vestirlo con ropas de mujer, porque no harían más que reírse de él y llamarlo tierno.

Además, sus dos menores se partían de risa tras él por la situación en la que se encontraba. Porque una cosa era que sus amigos le hicieran vestir como una chica, pero otra cosa muy distinta era recibir a los nuevos chicos de la fraternidad vestido como chica.

¿Qué mierda tenía Doyoung en la cabeza y por qué en todos los infiernos Taeyong había aceptado la estúpida apuesta?

Era un desafío de lo más ridículo y daba todas las de perder para Lee, pero no la iba a rechazar porque su orgullo valía mucho más... Aunque ahora viendo su estado, comenzaba a arrepentirse de todo.

—Sólo tienes que hablar con Wong Yukhei, ya sabes, nada realmente difícil —le había dicho Doyoung, como si no se tratara del joven por el que Taeyong llevaba babeando por mucho tiempo.

Y el mayor aceptó. Así que unos cuantos días después, estaba allí, detrás de Yukhei en la fila del comedor, hiperventilando y sonrojado hasta el último pelo, porque el chico era altísimo y super guapo, y ay, ¿Doyoung has visto su sonrisa? Y tenía qué hacer algo muy simple; soltarle la primera estupidez que le viniera a la mente en cuánto Taeyong tocara su hombro y Yukhei se girase a verlo, con aquella bonita expresión que ponía cuando estaba confundido y con sus lindos ojitos aniñados.

Pero eso nunca pasó, porque Taeyong no reunió el valor suficiente a tiempo y unos segundos después, llegó un chico para acercarse a Yukhei, saludándolo con un beso en los labios y con una brillante y estúpida sonrisa. Taeyong podría reconocer aquella voz y esa nariz respingona en cualquier lugar: Ten, un joven de la fraternidad vecina y con el que siempre se había llevado mal; el odio era mutuo pues siempre se gastaban bromas pesadas o se decían cosas desagradables.

Su corazón se rompió y quiso atizarle un puñetazo a Ten para que se le borrase la tonta y bonita sonrisa que siempre lograba encandilar a todos. Recordaba haber pasado un día completo por Yukhei en su cama, dejando la almohada llena de mocos y sin siquiera dignarse a limpiar sus lágrimas.

—No seas tonto —le había dicho Doyoung cuando lo vio con los pómulos hinchados y sonrojados—. Es sólo un chico. Y tienes una apuesta que cumplir.

¡Todo era culpa de Ten! Pensaba Taeyong ahora, maldiciendo al otro en voz baja sabiendo que el tailandés no estaba ni cerca de estar involucrado en sus desgracias.

Y Doyoung en realidad no tenía que ser tan idiota; que él pudiese conseguir novio no significaba que para el resto era fácil también, por lo que no debía tomar esa actitud con Taeyong, como si tuviera muchos chicos detrás de él. Yuta sí que había sido más atento con su hyung al encontrarlo hecho un desastre de lágrimas, reconfortándolo con lindas palabras de apoyo y asegurándole que Yukhei podría ser un buen chico pero que Taeyong valía mucho más que aquello.

señorita ,, jaeyongWhere stories live. Discover now