🏹CAPÍTULO 1🏹

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Llegué a casa luego de un largo día en el infierno, y por infierno me refiero a la secundaria; estaba exhausta, tuve que aguantar todo el día todo el día a un montón de imbéciles en detención ¿y por qué fui a detención? Pues no aguanté las ganas de partirle la cara a un idiota que tiró mis libros al piso.

La verdad esto no era para nada raro, mi vida está llena de problemas, mis padres no me prestan atención, siempre están muy ocupados para eso.

Entré por la puerta de la cocina, había recorrido quince calles de la escuela a casa debido a que perdí el autobús.

-hola linda ¿Cómo va tu día? -me saludó mamá. Se encontraba sentada en la mesa de la cocina, tecleando en su computadora.

-Como siempre -dije sin prestarle atención, ella no me escuchaba por lo que no me molestaría en contarle.

-Me alegro -la miré y rodé los ojos -. ¿Cómo estuvo el viaje hacia acá con Luke? 

-¿De qué hablas? -dejé mi mochila sobre la mesa-. Corrí quince calles hacía acá porque perdí el autobús y un perro loco me perseguía. -al fin se dignó a mirarme.

-¿Tu padre no fue a buscarte hoy? -preguntó en tono molesto.

-No... ¿Se suponía que debía? -pregunté.

-Pues... ¡SÍ! Ahrg, tu papá es un irresponsable estúpido - golpeó la mesa con sus puños cerrados.

-Tranquila, seguro tenía cosas importantes que hacer -le dije. Me acerqué al refrigerador y saqué una lata de Coca-Cola.

-Oh claro, él siempre tiene cosas importantes que hacer -protestó en tono sarcástico. Se levantó de la mesa y furiosa salió de allí. Negué con la cabeza, tomé mi mochila, abrí mi lata y subí por las escaleras de la cocina hacia mi habitación.

Luego de unas horas en las que estuve terminando mi tarea, oí llegar a mi padre y luego oí gritos de mamá.

-¿Cómo es posible que hayas olvidado ir por tu hija? -gritó mamá

-¡Lo siento! ¿De acuerdo? Lo compensaré -se disculpó papá.

-Tu siempre dices eso, Luke.

-Lo siento, Miranda.

-Un lo siento ya no es suficiente.

-¿Dónde está April?

-En su habitación.

No hablaron más, oí a papá subiendo las escaleras, me lancé a mi cama y abracé mi oso de peluche. La puerta se abrió.

-Hola princesa -me giré para verlo.

-Hola Luke. -lo saludpe.

-Se dice: papá -se acercó, yo reí

-No creo que esté lista para dar ese paso -se sentó a mi lado y acarició mi cabello.

-¿Cuándo lo estarás? -preguntó melancólico.

-No lo sé, te divorciaste de mamá cuando yo tenía un año, no vienes seguido, para mí es imposible no verte como un extraño. -él suspiró profundo.

-Lo siento.

-Ya nos cansamos de tus "lo siento" -mamá irrumpió en la habitación.

-Ella tiene razón -la apoyé.

-Es curioso, ustedes jamás me han perdonado uno de mis "lo siento".

-No lo mereces, Luke. -dijo mamá. Él me miró.

-¿Tú crees eso? - solo asentí.

-Ya ni siquiera te conozco. -Su mirada se llenó de tristeza, vi una lágrima correr por su mejilla, mi madre apretó los labios, creí ver una pizca de preocupación en sus ojos, tal vez era solo mi imaginación.

-Creo que debo irme. -Dijo. Ahí estaba de nuevo, Luke Leblanc siempre escapando.

-Es una buena idea. -Apoyó mi madre. Papá trató de verme a los ojos pero los aparté.

-Adiós hija. -él pasó a un lado de mamá quien no mostraba expresión alguna en su cara. Ambos salieron de la habitación dejándome sola en mi cama. Oí unos murmullos, me levanté y me acerqué a la puerta.

-El director llamó, April golpeó a uno de sus compañeros. -Dijo mamá.

-¿De nuevo? -preguntó papá.

-Sí -oí un suspiro de parte de mamá-. Yo ya no sé qué hacer con ella Luke... He estado viendo... Folletos de internados. -puse mis manos en mi boca, ocultando mi sorpresa, mi sangre hirvió, querían deshacerse de mí.

-¡ESTÁS LOCA! -gritó él.

-¡NO! Estoy siendo razonable, Luke, tú no vives con ella, tú no sabes lo duro que es lidiar con todo esto.

-¿Y pretendes que yo pague un internado? -mi rabia aumentó ¿Sólo le importaba el dinero? Se me escapó una lágrima rebelde.

-No, no tienes que preocuparte por eso, lo tengo todo bajo control. -dijo mamá.

-bien. -ellos se alejaron y yo me desplomé en el piso contra la puerta.

Golpeé esta varias veces con mi cabeza mientras abrazaba mis piernas y repetía una y otra vez la misma oración; Ojala nunca se hubieran conocido, ojala nunca se hubieran conocido, ojala nunca se hubieran conocido, ojala nunca se hubieran conocido...

🏹LA HISTORIA DE MIS PADRES🏹Where stories live. Discover now