Capítulo 9: Órdenes del Hokage

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El sol entraba por la ventana y se posaba en su rostro, obligándola a despertar, haciendo que aquellos ojos grises se vieran casi transparentes. Se cubrió con una mano y se incorporó hasta quedar sentada, se había quedado dormida en el sofá, aún esperando a Kakashi.

Ayane: Ryu, ¿Volvió Kakashi?

Seiryú había tomado su forma humana desde hacía un rato, solía tener la costumbre de hacerse cargo de Raiden por las mañanas y esa no había sido la excepción. Cuando escuchó que Ayane lo llamaba, salió de la habitación de Kakashi con Raiden en sus brazos.

Ryu: Me temo que no. -Pudo notar el desánimo en su rostro al escuchar aquello. – Recuerda lo que te dije, dale tiempo. Ahora ven, ambos deben desayunar, es importante que tú te mantengas fuerte, de esta manera nuestra conexión no se debilitará si es necesario llevar a cabo alguna misión.

Ayane: Lo sé, prepararé algo. -Se puso de pie y se dirigió a la cocina, mientras, Ryu se aseguraba de sentar a Raiden en alguna silla. -Será mejor que lo sientes sobre tus piernas, aún es muy pequeño para sentarse por sí sólo.

Ryu asintió e hizo lo que Ayane le acababa de indicar. Ella le hablaba mientras preparaba algo qué comer.

Ayane: ¿Crees que haya algo que pueda hacer para que Kakashi se sienta mejor?

Ryu: Podrías hacer miles de cosas que lo harán sentirse mejor, pero, al final la decisión de cómo le afectarán es de él.

Ayane: Tú eres hombre, dime qué debería hacer.

Ryu: No soy hombre ni humano, Ayane.

Ayane: Lo sé, pero no era a lo que me refería...

Ryu: Kakashi debe pasar más tiempo con ustedes dos, si es la solución que esperabas escuchar. Pero, al menos hasta no estar seguros de que Dielong está muerto, no es una opción difundir su relación.

Ayane: Estoy segura de que morirá...en parte, tú me metiste en esto.

Ryu: Es mi deber protegerte y las medidas que Kakashi tomó mejora mi deber.

Ayane: Deber, deber, deber.

Ryu: Digas lo que digas, será así, siempre. Aún a costa de tu dolor o de terceros.

Antes de que Ayane contestara, Raiden comenzó a balbucear, evento que atrajo la atención de ambos de inmediato.

Ayane: ¡Está hablando!

Ryu: Aún no, pero, es un inicio.

Ayane: Si tan sólo Kakashi estuviera aquí... -Tomó a Raiden y comenzó a levantarlo por los aires, él reía y continuaba con sus balbuceos. -Ahora tendremos que enseñarle a decir "mamá".

Ryu: y "papá".

Ayane: Claro, también "papá". Pero primero...

Ryu: -la interrumpió. - Es precisamente por cosas como esas por las que Kakashi se siente fuera de esto.

Ayane: ¿Qué?

Ryu: ¿Acaso no lo entiendes? Kakashi se siente solo, muy aparte de la misión de mantenerte a cubierto, es porque Raiden ni siquiera entiende que él es su padre. Tienes la oportunidad de cambiar eso haciendo que el niño lo primero que sepa decir sea "papá" cuando lo vea.

Ayane: ... Es un buen plan. Gracias, Seiryú.

Ryu: Ahora, tendrás unos largos meses para que Raiden pueda hacerlo, una vez Kakashi vuelva, yo no me meteré más con ustedes dos.

Ayane: Pero Ryu...

Ryu: Sin peros, no voy a interferir más en su deber. Cuando Kakashi regrese, yo me iré, no volveré a tomar esta forma a menos que sea extremadamente necesario. ¿Entendido? Mientras lleves la máscara contigo, si permanezco dentro, seguiremos pasando inadvertidos para Dielong.

𝗘𝗟 𝗡𝗜𝗡𝗝𝗔 𝗗𝗘𝗟 𝗗𝗥𝗔𝗚𝗢́𝗡 𝗡𝗘𝗚𝗥𝗢 || 𝐂𝐨𝐧𝐭𝐢𝐧𝐮𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧Where stories live. Discover now