Capítulo 10: "No siempre debe salir mal, Kakashi"

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Kakashi se movía rápido con Shikamaru a su lado, ya estaba por llegar a la Mansión del Hokage y entre más se acercaba, más gente se podía divisar fuera de ella. Inconscientemente presionaba a Raiden contra su pecho, sin notar aún que se trataba de su hijo, ya que mantenía su mente ocupada repasando las palabras que usaría ante toda la multitud de personas que se habían reunido ante su llamado. Pese a mostrarse siempre relajado y despreocupado, el ver como Kakashi se movía con el niño en brazos, lo ponía con los nervios de punta, no quería sacarlo del trance que él sólo se había impuesto, por lo que decidió no decirle nada y no quitarle los ojos de encima a Raiden, si Kakashi llegaba a soltarlo, sería él quien lo atraparía antes de que lo notara.

Así siguieron un rato hasta que al fin llegaban, se escabulleron por la parte trasera para no tener que abrirse paso entre la multitud. Shikamaru sentía que volvía a respirar aliviado de llegar a tiempo y, sobre todo, con Raiden en una sola pieza. Kakashi avanzaba rápido, en dirección a la azotea de la mansión, antes de salir, ninjas ANBU lo esperaban, al mirarlo se sorprendieron de verlo con Raiden, pero ninguno se atrevió a cuestionarlo.

Shikamaru: Hey, quizá quieras esperar un poco antes de presentarte.

Kakashi: Ya no hay tiempo. -Contestó sin detener el paso. - ¿Cuánto tiempo llevan esperando?

Shikamaru: Alrededor de una hora... -La expresión abrumada en el rostro de Kakashi fue evidente. – Quizá te de algo cuando te des cuenta...

Kakashi comenzó a subir las escaleras para al fin hacerse presente, sin hacer caso de lo que Shikamaru le quería decir. En cuanto comenzó aparecer frente a todos, la gente lo recibió con alegría, entre aplausos y gritos llenos de euforia. Las pantallas de la zona urbana proyectaban un acercamiento del rostro del Hokage y conforme la imagen se abría, Raiden aparecía lentamente.

"¡ooooooooooooooooooooowww!" -exclamó la multitud al verlo.

Shikamaru: Se lo dije... o más bien, intenté decírselo. -Comentó a los ANBUS que intentaban contener la risa ante aquel comentario.

Al fin se le ocurrió bajar la mirada y al hacerlo se topó con los ojos grises de Raiden que lo miraban confundido. Sobresaltado, intento comprender cómo es que había pasado tanto tiempo sin notarlo. -Debe ser una broma...Bien jugado, Ayane- Exclamó para sí mismo. Dirigió de nuevo su mirada al montón de ojos que se posaban en ellos, recuperó la postura y sacó provecho de la situación, besó la mejilla de su hijo haciendo que todos nuevamente lo miraran atentamente y gritaran conmovidos. Lo tomó con firmeza y comenzó hablar más seguro que nunca.

Ayane miraba todo desde el tejado de uno de los edificios más altos de ese lado de la aldea. -Tenías razón, no se percataría de él hasta llegar a la mansión. -Se dirigió a Seiryú, quien aparecía a su lado.

Ryu: Bueno, al menos algo bueno saldrá de todo esto.

Ayane: Sí, al parecer era lo que necesitaba Kakashi. Se ven lindos juntos.

Ryu: Vayamos a echar un vistazo a la zona urbana.

Ayane: Buena idea.

Ryu desapareció de nuevo y Ayane se puso en marcha saltando por los tejados. Después del comunicado, la prensa no se hizo esperar y nuevamente atacaron a Kakashi con fotos y entrevistas, todos parecían más interesados en saber de dónde había salido ese niño que él cargaba con fuerza, que en conocer la razón de aquel toque de queda; pero sin importar las preguntas, nunca lograban hacerlo hablar más allá de sólo aceptar que es su hijo; aunque él muriese por gritarle al mundo quién era su madre.

Una vez terminado todo y escapado de las cámaras, volvió a la oficina. Al fin un poco de paz y tranquilidad. Sentó a Raiden de frente a él sobre el escritorio, sujetándolo por debajo de ambos brazos y lo miró fijamente. Sus ojos grises iguales a los de Ayane se posaban también en él. Aunque tenía los ojos de su madre, mantenía el mismo semblante despreocupado y cansado de él. Continuó mirándolo por un rato, hasta que el silencio fue interrumpido con una de sus risas y balbuceos.

𝗘𝗟 𝗡𝗜𝗡𝗝𝗔 𝗗𝗘𝗟 𝗗𝗥𝗔𝗚𝗢́𝗡 𝗡𝗘𝗚𝗥𝗢 || 𝐂𝐨𝐧𝐭𝐢𝐧𝐮𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧Where stories live. Discover now