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Tal vez todos los niños en ese lugar se encontraban felices y nerviosos. No sabrían que día iban a ser adoptados, no saben los que les esperaba pero estaban ansiosos. Cada vez que llegaba un auto, corrían para rodearlo y ver inocentemente por la ventana con una pequeña sonrisa en su rostro o una mirada desesperada a que lo adopten.
El pequeño castaño se encontraba sentado en unos de los asientos largos que estaban situados en la parte derecha y izquierda de aquella Iglesia pequeña pero grande para la guardería. Tenía sus pequeñas manos en su rostro, las lágrimas seguían amenazando a salir cada vez más y los sollozos no paraban.
Sus ojitos eran achinados y pequeños, sus mejillas eran regordetas con un suave color carmesí en ellas decorando siempre su rostro. Su piel era suave, de porcelana. Un niño hecho por Ángeles y creado para ser un príncipe.
Fue acompañado por una de las trabajadoras, mejor conocidas como "monjas". Era joven, llevaba lentes redondeados que estaban sostenidos por sus orejas y nariz.
Su piel era Blanca, y su cabello también era castaño pero más claro. Le sonrió al pequeño niño, abrazando con fuerza su pequeño cuerpo mientras acariciaba su espalda habló:
ㅡ ¿Qué pasa bebé? ¿No estás feliz de que haya sido adoptada? ㅡ Comentó con tristeza la señora.
El niño no paraba de llorar, seguía con sus manitas en su rostro. Las lágrimas caían sin parar y sólo se limitó para responder.
ㅡ E-Es qu-que aquí n-nawdie... ㅡHipㅡ qu-quiere.. Se-Ser mi ami-amiguito, el-ella era mi mejor ami-amiga y-y... ㅡ Soltó un suave grito, llorando.
La joven chica le dio un beso en su cabello y le miró.
ㅡ Pero bebé, no te sientas mal, harás más amigos y ella siempre te mandará cartas. ㅡ Suspiro, la señorita.
Le dio un libro para niños y se fue de allí no sin antes darle otro besito en su cabello. No sabía que hacer, por lo tanto se fue.
Habían pasado días, el pequeño niño era muy reservado y tímido. Siempre se encontraba leyendo un libro con sus labios en forma de una línea, formando pequeños hoyuelos. Era mejor conocido como Lele, "el chico raro".
Un auto de alta gama se había estacionado en un lugar legal, siendo rodeado rápidamente por niños pequeñitos de aquel lugar.
Lele sólo se quedó sentado en el mismo lugar de siempre. En la Iglesia. Leyendo un libro para niños, con total concentración.
