Prólogo

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Las calles de Tecnópolis se iluminaron de los rayos color durazno del ocaso. Muchos salían de sus laboratorios para observar el temporizador que anunciaría la reapertura de su ciudad al exterior; marcaba que aún faltaban dos horas con ocho minutos.

Mientras el ritmo era el mismo en toda la ciudad, se encontraba alguien con bastante tiempo libre en la soledad de su aposento científico. Era un chico mulato, delgado y de mirada reflexiva, sentado frente a una pantalla proyectada en el interior de su Camaleón. Se encontraba jugando una partida de ajedrez en línea compitiendo contra el ordenador. Premeditaba cada movimiento con mucha calma.

Justo a la mitad de un jaque, entró una videollamada. Cuando accedió a contestar, el rostro sonriente de un muchacho castaño y piel radiante se asomaba para saludar.

—¿Qué tal, colega Gene?

—Hola, Franz. ¿Pudiste arreglar a esos robots?

Por supuesto, veo que el Doctor X cometió algunos errores al momento de programarlos. —Dijo Franz mientras mostraba una laminilla verde rostizada.

—Clásico del doctor. —Respondió con sarcasmo.

—Siento que ésta última semana se ha equivocado menos. Quizá sea porque prestó más atención a nuestros consejos. —Dijo mientras hacía a un lado la pieza desperdiciada. —Y, dime, ¿estás listo para reanudar nuestra investigación?

—Afirmativo. Esta vez no perderemos a nadie de vista.

—Confío en Albert, es un buen chico. No creo que se atreva a esconderse en alguna parte.

—De todos modos, hay que ser cuidadosos. No vamos a volver a posponer todo por otro inconveniente similar. —Dijo Gene con firmeza.

—¡Wow, tranquilo! Sé que fue estresante pero ya falta poco. Te aseguro que todo saldrá bien esta vez. —Lo alentó, como siempre lo hacía: con esos ojos brillantes, su sonrisa incansable y el puño cerrado en el aire a la altura de su mentón.

Tras oír una puerta automática abrirse en su área de trabajo, Franz miró quién había entrado.

—Y... Albert está justo aquí. Parece que tenemos más trabajo por hacer.

—Muy bien, hasta luego.

—¡Nos vemos!

Terminó la llamada y pudo continuar su juego, acabó ganando en tan sólo dos turnos. Se levantó de su asiento y se dedicó a instalar las cápsulas de combustible a su vehículo. Posteriormente, pulió los reflectores y revisó si los circuitos estaban en buen estado. Hizo eso y más aunque ya lo había hecho los días anteriores.

En cuanto terminó su riguroso análisis, entró a su habitación favorita de todo el laboratorio. En el interior estaba todo oscuro, con la excepción de que había un teclado cerca de la entrada, colocado en la pared; que emitía una luz celeste. Oprimió un par de sus botones y avanzó tres pasos hacia el frente. Llenó de aire sus pulmones y se tiró de espaldas sobre un colchón que había emergido maquinalmente del suelo. Una vez echado, cerró los ojos y soltó un melancólico suspiro que hacía eco en todas las paredes de la habitación.

Permaneció así, observando la simulación de noche estrellada que se generaba a su alrededor, era todo un deleite relajarse después de un día realmente ajetreado. A veces tenía malestares pero no eran de hambre o de sed, pues estaba siempre pendiente de su dieta diaria de píldoras nutritivas, se mantenía siempre hidratado y hacía sus estiramientos todas las mañanas.

Lo que sí escaseaba en su rutina era relajarse haciendo nada. Sólo así se olvidaba por completo de los regaños del lúnático Doctor X o la abrumadora sensación de ser observado por personas que, posiblemente, lo juzgaban. Pero sabía que la opinión de los demás era irrelevante en comparación a su proyecto de exploración.

No habían transcurrido más de cinco minutos cuando la pantalla digital, perfectamente colocada en su antebrazo sonó. Franz estaba llamando de nuevo. En cuanto contestó, notó una ligera aflicción en él.

—Gene, ven rápido al taller. Es urgente.

—Voy en seguida.

Corrió hasta la cabina de control de su vehículo, preparándose para despegar. En cuanto tomó el volante, tuvo la certeza de que algo no andaba bien. Retrocedió a la sala principal, donde se hallaba su mesa de hologramas. Se acercó para observarla mejor y encontró un sobre de papel puesto encima, de color azul.

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⏰ Poslední aktualizace: Aug 13, 2020 ⏰

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