𝖎 𝖘𝖆𝖜 𝖍𝖊𝖗 𝖘𝖙𝖆𝖓𝖉𝖎𝖓𝖌 𝖙𝖍𝖊𝖗𝖊, joey tribbiani CANCELADA

O5

JUDE

    Era una linda tarde en Nueva York, y yo me encontraba con todos en la cafetería, a excepción de Joey. Rachel estaba sirviendo nuestros pedidos mientras escuchaba y formaba parte de nuestra conversación.

    —Te toca, Phoebe. —sonrió Mónica.

    —Bueno, si yo fuera omnipotente por un día querría paz mundial, no más hambre, y cosas buenas para el medio ambiente. —dijo segura —Y lechos más grandes.

    Yo reí al escucharla mientras le daba un trago a mi taza de café negro.

    —Bueno, tomaste mi deseo. —bromeó Ross.

    —Chandler, ¿tu qué harías? —lo miré dudosa.

    —Si fuera omnipotente por un día, me haría omnipotente por siempre.

    Rachel resoplo: —Ven, siempre está ese tipo. —habló mientras volvía a él mostrador —"Si tuviera un deseo, desearía por tres más."

    —Es lo mismo con los poderes, si tuvieras que elegir uno para tener, ¿por qué no elegir que tú poder sea tenerlos todos? —comenté con obviedad, a lo que los demás rieron.

    —Nunca había pensado eso.

    En ese momento la puerta del lugar de abrió, dejando ver a Joey, quien se acercó a nosotros de inmediato.

    —Hola.

    —Hola, Joe.

    —Hey, Joey, ¿qué harías si fueras omnipotente por un día? —le preguntó Moni.

    —Probablemente me mataría.

    —¿Qué? —respondió mi hermana soltando una risa.

    —Si mi pequeño Joey se muere, perdería mi razón de ser.

    El tono obvio en su voz hizo que nos miraramos confundidos mientras dejábamos salir unas risas. Ross se volteó para mirarlo.

    —Joey, omnipotente. —le aclaró.

    La mirada de Joey mostró pena y arrepentimiento.

    —Oh, ¿lo eres? Lo siento mucho, Ross.

    Las risas continuaron mientras mi hermano se alejaba de nosotros.

° ° °

    —¿Cómo lo hace? —dije anonadada mirando a Phoebe dormida en el sofá de la cafetería.

    —No lo sé, yo no puedo dormir en público. —me respondió Ross.

    —Mírenla, está tan en paz.

    Los tres la miramos, totalmente sorprendidos, hasta que de pronto se despertó, dándonos un susto.

    —¿Qué, qué, qué? Hola.

    —Está bien Pheebs, solo te dormiste.

    —¿No dormiste bien?

    —No dormí nada anoche. —le respondió a Moni con cansancio.

    —¿Por qué?

    —Mi abuela tiene este novio nuevo, y ambos son inseguros en la cama. —rió. —Y sordos.