Max, el perro soñador.

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Mi nombre es Max y soy un perrito de la aldea llamada "Pablo Acosta". Pero no soy un perrito normal, mi mamá dice que soy especial. Cuando nací, mis papás notaron algo raro en mí, lo cual les sorprendió mucho. Mis orejas eran de distinto color. Pero colores muy diferentes, una azul, y la otra amarilla.

Esto causo terror en la aldea donde vivo, y lo primero que hizo mi familia fue llevarme al médico. Ahí les dijeron que no tenía ningún problema, y que el color de mis orejas no afectarían mi vida como perro. Entonces, mis papas se quedaron más tranquilos.

Claramente, no fue fácil, en la guardería de perritos, todos se burlaban de mí. Me decían "paleta de colores", "orejón", "oreja de arcoíris", "el perro de Picasso", y muchísimos más.

Mi mamá me decía que no les dé importancia a los comentarios, si no que eran envidiosos que querían tener mis orejas. Luego de escuchar sus frases motivadoras, me sentía mucho mejor. Ella siempre me afirmaba que mi colorida característica, iba a hacerme muy famoso y feliz.

Cada vez fui creciendo y creciendo, y la tonalidad del color de mis orejas era más fuerte aun. Hasta que un día de verano, mientras jugábamos con mis ocho hermanitos en la pileta y el barro, mi papá llegó con un folleto en su boca. Los lobas hermanas Hita y Nati estaban haciendo un concurso de los animales más bellos de Pablo Acosta, y fue así, que mi familia no dudo en anotarme.

El día de la competencia, estaba muy nervioso, veía perros, gatos, ratitas y gansos hermosos, con sus pelajes perfectos. Y luego estaba yo, con dos orejas radiantes que no les permitía ver a los animales.

Hasta que llegó mi turno, me paré enfrente del gran juez Gonzalo, me miro detalladamente, y dijo "Siguiente". No sabía si me había ido mal, si no, pero lo primero que sentí luego de participar, fue el gran abrazo de mi mamá.

Estuvimos mucho tiempo esperando que todos los participantes desfilaran, hasta que llegó el momento de la premiación. Mi corazón no paraba de latir, y sentía que se me salía.

Éramos más de cien animales, y solo tres premios. Comenzaron con el último

-"El tercer puesto es para... Richard, el topo ruso."

Mis expectativas eran cada vez más bajas.

-"El segundo puesto es para... Philip, el gato."

Ahí fue cuando le dije a mi mama que nos fuéramos, un perro con orejas de diferente color no iba a ganar una competencia con semejantes animales bonitos. Y ahí fue cuando me dijo:

-"Vamos Max, esperemos a ver quién gana."

Todo el público permaneció en silencio, el juez Gonzalo agarró el micrófono y dijo:

-"El primer puesto de la competencia de los animales más bellos de todo Pablo Acosta es para... Max, el perro."

No lo podía creer, había ganado, yo, un perro con una oreja azul y la otra amarilla le había ganado a gansos con pelajes perfectos. Mi cola parecía un látigo que se movía para todos lados. Y el mismísimo juez me entrego la medalla en mi cuello.

No podía explicar lo que estaba pasando dentro mío, pero había ganado, ya nadie se burlaría de mis coloridas orejas, y todos me reconocerían como "El perro más hermoso de Pablo Acosta."

Mi madre tenía razón, mis orejas me hacían diferente a los demás, y es así, que yo soy Max, un perro ESPECIAL.

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⏰ Last updated: Dec 15, 2019 ⏰

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