Capítulo único

519 25 6
                                    

Un año después...

R - ¡No me digas que tuve que tuve que hacer el curso de oficiante de bodas para nada! - dice Ramiro, regañando a Mar en el cuarto donde le tocaba prepararse para su boda ese mismo día.

M - Es que...

J - Nada, Mar. ¡No podés arrepentirte ahora! Pasaron tantas cosas juntos, se aman...

T - Gordi, a ver... ¿Qué te pasa? ¿Porqué tenés dudas ahora?

M - No son dudas... Es miedo a que las cosas cambien.

Me - Ay, Mar. Es una estupidez lo que estás diciendo. Todo va a seguir igual: vos vas a seguir siendo vos, Thiago va a seguir siendo Thiago, el amor va a ser el mismo y ambos van a tener todavía a Brunito.

R - Mar, la única diferencia va a ser el papel que firmaste diciendo que están casados legalmente. Ustedes ya están comprometidos y casados desde hace muchísimos años. ¿No te acordás que Thiago el año que se conocieron ya te había regalado un anillo y te había pedido pasar el resto de sus vidas juntos? Te lo repitió al año siguiente también, y mantuvieron ese deseo por años. ¿Me vas a decir ahora qué tenés miedo?

Mar respira y abraza a Rama.

M - No sé que haría sin ustedes... - dice mientras acaricia el pelo de Rama, como suele hacer cuando lo abraza.

Mientras tanto, en el altar que armaron en la Mansión...

Ta - ¡Thiago! ¿Nervioso?

Th - Si, Tachito. No sé porqué, pero estoy temblando...

Ta - ¿Tenés miedo que la petisa te plante?

Th - No creo que sea eso, nos amamos. - suspira. - Tengo miedo que algo arruine todo esto, vos sabes que nuestras vidas siempre fueron así: un momento de felicidad y mil de desgracia.

Ta - Si pensás asi, nunca vas a terminar de ser feliz, Thiago. Tenés que concentrarte en esto, - dice mientras las puertas se abren, dejando ver a una Marianella vestida de blanco, de la mano de Terremoto. Todo el mundo voltea a verla. Tras ella, iban Paz y Hope tirando flores y un muy pequeño Amado con los anillos. Jazmín espera a Mar de un lado y Tacho se posiciona mejor a un lado de Thiago. Ramiro tras ellos, para oficiar la boda. - ahí viene caminando tu felicidad. Ahí viene caminando el resto de tu vida. No pienses en otra cosa... - le susurra mientras Thiago ve entrar a Mar con las lágrimas amenazando por abandonar sus ojos.

Y Tacho y Rama tenían mucha razón en lo que le dijeron a Mar y Thiago. Al fin y al cabo, los miedos de esta pareja no tenían ningún sentido.

Ellos habían estado juntos por años, se habían comprometido y casado en cada línea temporal posible y existente, habían vencido a la muerte por el otro, habían visto sus errores y aprendieron para arreglarlos. Habían pasado miles de cosas tomados de la mano y sin embargo allí estaban. El amor no era el mismo, era uno más fortalecido, era un amor que fue creciendo con los años, la experiencia, la madurez y las lágrimas. Si, ambos tenían miedo, pero se amaban con locura.

Una locura intensa e inmensa, sin límite alguno. Una locura que había tenido sus frutos en su pequeño hijo Bruno y seguirá con Mora, Santino y todos los que vengan.

R - Por favor, los invito a decir sus votos matrimoniales... - le da el pie a hablar.

Th - Si me preguntan, todavía no puedo creer que estemos acá. Me acuerdo cuando empezamos a salir, lo jóvenes que éramos y me siento felíz. Me siento feliz porque seguimos juntos, me siento feliz porque nos hacemos mejores juntos. Porque yo sin vos no fui nada, no soy nada y no voy a ser nada. Lo supe en todas y cada una de las veces en las que casi te pierdo. - al borde de las lágrimas otra vez. - Por favor, nunca te vayas de mi lado... - Mar lo mira enternecida.

M - Que digas estas cosas hace que mi corazón lata más fuerte, porque la que tendría que decirte todo esto soy yo. Pela... vos me salvaste. Me salvaste de mi misma, me quisiste cuando cualquier otra persona no hubiese estado ni un segundo cerca mío, siempre miraste más allá de una chica que robaba. Tuviste y tenés un corazón enorme, de eso me enamoré. Porque nunca me viste a mí o a los chicos como si fuésemos basura. Me enamoré de tu valentía, me enamoré de tu amor y sentí que me moría cuando vos lo hiciste hace muchos años. Me enamoré de vos incluso cuando no te conocía, cuando no te recordaba. Incluso en ése momento, mi corazón era tuyo...

Se perdieron en los ojos del otro hasta que llegaron las esperadas palabras.

R - Entonces, Thiago Adolfo Bedoya Agüero, ¿aceptás a Marianella Tallarico Rinaldi como tu legítima esposa, para amarla y respetarla hasta que la muerte los separe?

Th - Sí, acepto. - le sonríe a Mar.

R - Marianella Tallarico Rinaldi, ¿acepta a Thiago Bedoya Agüero cómo su legítimo esposo, para amarlo y respetarlo hasta que la muerte los separe?

M - Si, acepto.

R - Entonces, puede besar a la novia. - le dice a Thiago.

Fue en ese momento en el que todos estallan en aplausos dedicados a los recién casados por ley, porque sus almas estuvieron esposadas desde hacía mucho tiempo atrás.

La pareja se fundió en un apasionado beso, mientras las llaves en sus cuellos brillaban curiosamente, testigos de uno de sus tantos compromisos. Testigos del amor que se tenían y testigos de el futuro que se prometieron una y mil veces.

Futuro que estaba a la vuelta de la esquina.

ᴀɴɪʟʟᴏs ʏ ʟʟᴀᴠᴇs [ᴛʜɪᴀɢᴜᴇʟʟᴀ]Where stories live. Discover now