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One Shot

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NUEVAMENTE ME HE INSPIRADO EN ESCRIBIR OTRO ONE SHOT ASÍ QUE AQUÍ SE LOS REGALO.
ESTÁ MUY SENCILLO PERO MUY HERMOSO.
SI LES GUSTA Y DESEAN QUE CONTINÚE ESCRIBIENDO CORTOS COMO ESTOS NO OLVIDEN DEJÁRMELO DICHO Y PODRÉ REGRESAR CON MÁS.

💖 TODO SUYO 💖

GRACIAS Y QUE LO DISFRUTEN

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El cristal de la copa parecía bala cada vez que regresaba a la mesa. Andrés era un caballero para todo, pero cuando el vino dominaba más de lo permitido en su cuerpo la elegancia se perdía. - 'Hermanito' - Repetía jocosamente. - 'Esto es vida hermanito' - Burlaba meciendo la botella del Sauvignion en el aire. Sergio reviró los ojos, parecía mentira que aún siendo el hermano menor fuese quien tuviese que cuidarlo. Acabado de llegar a casa lo último que le apetecía era ver a su hermano borracho cayéndose sobre las paredes y cantando sevillanas como si hubiesen motivos extras para celebrar.

- Andrés, para ya. Que llevas más de media botella.

- ¿Quién eres ahora? ¿Mi padre? Que ese ya se murió hace mucho. ¡Supéralo!- Ya casi no tenía pulso para verter el vino en la copa así que bebió directamente de la botella, embarrándose un filo del mentón y dejando que par de gotas mancharan su camisa de diseñador recién estrenada. Sergio respiró profundo, y apretó uno de sus puños, odiaba cuando se ponía en plan de que nada le importaba, ambos sabían lo delicado que era el tema de su padre y aún así él osaba en blasfemar.

- Te voy a perdonar eso que has dicho solo porque estás sumamente ebrio.

- ¡Que vuelvo a estar soltero!, ¡joder! - ¡¿No es maravilloso?! - Alzaba la botella en el aire, e impotente ya por el alcohol tropezó sobre sus propios pies y cayó contra la mesa, sujetándose del borde para no caer.

- ¡Que te he dicho que pares ya! ¡Hombre! - Se apresuró en gritar Sergio levantándolo del suelo y arrebatándole la botella de la mano.

- Que me ha dejado hermanito, Tatiana me ha dejado. - Lo abrazó nostálgico tratando de que se disimularan sus lágrimas con la humedad del alcohol. - Todas...las mujeres...- Tartamudeó ya casi sin fuerza - ...son unas cabronas. Tú sigue con tus libros Sergio, que del amor no te pierdes nada.

Sergio lo miró con lástima y un poco de preocupación quizás. No era la primera ruptura amorosa por la que pasaba pero sin duda era la más caótica. Nunca se rendía al amor y sabía que debía estar mal para aceptar que se había dado por vencido. Lo abrazó con fuerza, como el buen hermano que era, y sintió la tristeza de quien no quiere abandonarse a la soledad cubrirlo a él también.

- ¿Tú si nunca me vas a dejar verdad Sergio?

- Sabes que no. Nunca te voy a dejar solo Andrés.