La hija de Miličević [30 seconds to Mars]

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Prólogo

1995

— ¿Qué sucede?— Pregunta Samantha.— Estás ebria.— dice Tomo.

— Y tú estás igual que yo.— Samantha riendo.

Minutos más tarde...

— ¿Tomislav?—Samantha tocando la cama.

Mira el reloj y se da cuenta que no estaba, se encontraba sola en esa habitación no podía creer que había caído por unos cuantos tragos.

Se echa llorar como una niña pequeña porque Tomislav había conseguido lo que quería, lo que no sabía era que llevaba consigo un hermoso bebé en camino.

Diecinueve años más tarde...

Caterina

— Caterina no llenaste tu papeleo anoche.— Sra.Fry.— Aquí está Sra. Fry disculpe la tardanza.— dice Emma.

— Lohabía dejado en mi casa.— dice Emma.—Aunque...La dos vivimos en la misma casa.— Piensa Emma.

— Gracias.—dije entre labios a Emma.— De nada.— dice Emma entre labios.

Nos colocamos serias y firme cuando la Sra. Fry nos mira trabajar como asistentes en Golden market ha sido el trabajo que más me ha durado y no me voy a dar el lujo de perderlo.

— ¿Lista Cat?— diceemma.— ¿Para que?— pregunto.

— Para ver a tu padre.— dice Emma.

— No creo que él sepa de yo existo.— dije.—Pero, estás segura que es él ¿Cierto?— pregunta Emma.

— Mi madre no miente en esas cosas... bueno mentía.—dije.—Lo siento.— dice Emma.

— Tranquila no es tu culpa.— dije.—Entonces ¿Vienes?— dice Emma.

— Primera fila.— dice Emma.

Esbozo una leve sonrisa no sé que haría sin mi mejor amiga y le digo:—Sí.

— Bueno sigamos trabajando.— Digo con una emoción fingida.— Bienvenidos a Golden Market ¿En que podemos ayudarlo?— dije con voz de chica rota.

En la lejanía pude ver un auto lujoso y de allí salía el doble exacto del lobo de Wallstreet, Dereck Gold un veinteañero hijo de papi con más cuentas bancarias que París Hilton.

Se quita sus gafas negras y mira hacía los lados está en modo Busca presa, su mirada se detiene hacía mí y yo finjo no haberlo visto explicándole al cliente el funcionamiento de aquella aspiradora.

Algunas de mis compañeras estaban embonadas con él no era para más era la reencarnación viva del muñeco Ken.

— Gracias.—dice el Cliente.—Espera no te vayas no me dejes con Dereck el tarado.— Pienso.

— Hola.—dice Dereck.

— Buenos días, Sr. Gold ¿En que puedo ayudarlo?— dije con voz de cajero automático.— Mira mi carnet de identificación como cosa raro no sabe los nombres de sus empleados.—Pienso.

— Caterina Miličevna ¿Polaco?— pregunta Dereck.

— Bosnio.—dije.—¿Hablas Bosnio?— pregunta Dereck (Bosnio)

— Si,señor hablo Bosnio, inglés y Ruso.—dije.—Vaya eres lista para tener 19 años.— dice Dereck.

— Gracias.—dije seria.

En eso se va acercando la Sra. Fry nunca me he alegrado tanto de verla venir... ufff, él se aleja y yo quedo allí para atender al siguiente cliente.

Horas más tarde...

— ¿Lista para el concierto?— pregunta Emma emocionada.

Aquella pelinegra delgada de 1, 65 m de estatura lucia más emocionada que yoen conocer a mi padre y no era para menos si es Tomo Miličević,guitarrista de 30 seconds to Mars.

Recogí mis cosas en eso veo bajar a Dereck Gold, me muevo más rápido que ferrocarril, pero su voz hizo eco en la vacía sección donde sólo nos encontrábamos nosotras, dos chicas indefensa ante un lobo contraje.

— ¿Tiene transporte?— dice Dereck.—Si, tengo un auto.— dije.— Es una lástima me hubiese gustado llevarlas.— Dereck pícaro.

— ¿Se me está insinuando el pervertido?— Pienso.— Muchas Gracias Señor Gold, pero ya nos vamos.— dije.

Ambas nos movemos hacía el auto y lo enciendo marchándome de allí como alma que lleva el diablo.

— ¿Qué fue eso?— pregunta Emma.— ¿Qué fue que?— pregunto.

— Esa indirecta que te tiro el jefe.— dice Emma.— No lo sé, sabes que no llevo trabajando ni un mes allá.— dije.

— Cat,le gustas a Dereck.— dice Emma.— Es obvio a él le gusta todo lo que tenga vagina.— dije.

Emma suelta una carcajada y nos dirigimos a su casa, vivo con ella en un pequeño apartamento en Nueva York, tiene dos cuartos, un baño, una cocina y una pequeña sala no pido más.

Se siente raro vivir sin mi madre, ella murió a causa del alcohol, pero eso no me detuvo a seguir adelante, aunque, aún duele después de un año.

Ella me contó la verdad en mi cumpleaños número dieciocho aún me cuesta creer que él sea mi padre, pero así es la vida me gustaría hablar con él y decirle:— Hola soy Caterina, soy tu hija de diecinueve años y seguro sabes que no existía seamos padre e hija de un solo.

Llegamos a casa y nos cambiamos, dejo mi aburrido uniforme para dar cabida ami look gótico que era el que más me caracterizó en la secundaria y por el que más me conocen.

— ¿Lista para 30 seconds to Mars?— dice Emma.— Sí.—dije.

Aunque,haya dicho eso aún siento un nervio horrible sólo espero no echarlo a perder como todo... Hola papá.

La hija de Miličević [30 seconds to Mars]Where stories live. Discover now