Ｈｏｌｄ ｏｎ | ＢｅｓｔＢａｋｕ |

Ｈｏｌｄ Ｏｎ | Ｏｎｅ Ｓｈｏｔ

Entre amores y peleas.

Sus delgados labios se posaban en la suave piel del joven de tez pálida, sus suaves manos que olían a caramelo era lo único que podía besar por aquellos momentos en que estaban en una de las peores partes de la vida,  simplemente no sabía como consolar a su querido "estudiante".

Desde que Masaru Bakugō falleció por la venganza de un villano, de la liga en general, nada volvió a ser igual en el pequeño rubio, aquellos hermosos ojos que alguna vez brillaron en un rojo vivo ahora simplemente parecían estar opacos en un tono escarlata oscuro.
Habían disfrutado mucho tiempo entre besos y caricias mientras ambos hacían el amor, pero ahora era la lamentable hora de llorar para el joven de cabellos en punta.
Trataba de darle todo el amor del mundo, respetándolo, haciéndole mimos pero simplemente Hakamata no entendía lo que era darle el espacio a Bakugō.

— ¡Me puedes dejar de una puta vez, joder!

Exclama en un tono algo dudoso dejando al mayor estupefacto. . . ¿No era el tipo de apoyo que necesitaba?
Lo estaba dando todo de sí pero el contrario solo era duro.

— Bakugō. . . no grites.

— ¡Hago lo que se me dé la puta gana!

— Gritando no se soluciona nada.

Acusando y negando.

Él tenía razón pero Bakugō no estaba estable como para decir que sí.
Tan solo comenzó a alzar la voz más y más.

— ¡Como jodes, pedófilo de mierda!

A pesar de que ya los dos fueran mayores de edad simplemente el rubio cenizo tenía que gritar algo para sentirse mejor, pero Tsunagu en vez de analizar dio una respuesta poco esperada.

— Tú también querías esto, no obligué a nadie.

— No es cierto.

Alega el chico explosivo mientras se levantaba e iba del departamento por aquel día, por aquella tarde e incluso por aquella noche.

Tsunagu comenzó a preocuparse porque el héroe número dos no llegaba a su hogar, ya había pasado un día y medio y su preocupación lo mataba.

« Lo siento. . . no puedo imaginar un mundo sin ti. »

Escribió él en un papel mientras iba a ver a su querida suegra para ver si estaba allí el chiquillo de opacos orbes.