oneshot.

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Os traigo un poquito de porno Cablepool con sentimientos para mejorar vuestro día. Lean, mis niños traviesos.


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— ¿Wade? — Cuestionó con sorpresa Nathan. Era una reacción natural y comprensible, no todos los días Deadpool se colaba por su ventana con el traje agujereado en la zona abdominal y desgarrado de rodilla derecha para abajo, y más alarmante todavía; completamente empapado de sangre.

— Perdón por mancharte la alfombra. — Se disculpó el menor que quedó tirado en el suelo boca abajo después de entrar por la ventana y prácticamente dejarse caer. Nathan, que se había levantado al instante del sofá que ocupaba se acercó al idiota de su amigo quien muchas veces solo parecía tener dos neuronas poco funcionales en su cabeza. Con una de las dos medio tonta y caótica que se atacaba a sí misma.

— ¿Alguien te persigue? — Interrogó con sospecha, porque no sería la primera vez que se metía en líos por la irresponsabilidad de Deadpool.

— No-uh. — Dijo, más bien, gimió aún sin inmutarse. Sonaba más agotado que dolorido.

— Espero que estés en lo cierto. — Nathan frunció el ceño. No sabía si fiarse de él en el estado en el que estaba.

— Acabé el trabajo. Ratatatata. Metralleta. Ocho muertos en menos de siete segundos. Cayeron todos más rápidos que la calidad y ratings de la última temporada de Game Of Thrones y mira que es difícil.

Nathan tensó la mandíbula.

— Wade — Repuso, con la calma que no sentía dentro de él—. ¿Piensas quedarte ahí tumbado y manchar aún más mi alfombra? — Suspiró pues, exasperado, despidiéndose con pena de la insalvable alfombra arruinada que iría directamente a la basura.

— Es muy cómoda. — Señaló, cansado. Conociéndolo seguro que estaba pensando en quedarse ahí dormido y Nathan no iba a consentirlo.

— Levántate y ves a darte una ducha.

Wade levantó la cabeza ante eso. Tal vez demasiado rápido.

— ¿Te ducharás conmigo? — Parecía ilusionarle la idea.

— No. — Escueto y directo.

El gemido de Deadpool fue infantil y predecible, y lo obligó a explicarse. Por obvia que fuera la justificación de su rechazo sabía que con Wade a veces era necesario aclarar aquello que es considerado lógico por los demás. Su mente funcionaba diferente. —Estás hecho un completo desastre. — Lo informó.

— Me ducharé yo antes. — De un brinco se levantó y pronto estaba frente a Nathan con los ojos de su máscara bien abiertos, atentos. Le estaba sugiriendo limpiar de él todo rastro de sangre antes de tener una sesión de sexo en la ducha.

Nate lo miró de hito en hito, comprobando la magnitud de los daños en su traje. Tampoco tendría mucha salvación. Acompañaría a la alfombra cuando sacara la basura esa noche tras la cena. Suspiró. No quería ni imaginar la escena que habría protagonizado su loco amigo antes de arribar a su casa.

No había conocido una persona más caótica que Wade. No era común, porque a Nathan nunca le había atraído la imprudencia, la irresponsabilidad y la locura, pero demonios, aquel idiota era la excepción de la regla.

— Entra antes. — Cedió al fin y vio a Wade iluminarse como un árbol de Navidad, incluso aunque llevara la máscara puesta.

Wade se dio prisa en quitarse la máscara, tirarla al suelo y besarlo. Nathan hizo una expresión de disgusto contra sus labios cicatrizados y suaves (A diferencia de lo que pudiera parecer, las cicatrices tenían una textura suave, y así era en cada parte de su cuerpo).

Unspoken [Cablepool]Where stories live. Discover now