Parte única

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Emma estaba más que harta de insistir, pero su maldito jefe no daba el brazo a torcer

-Ya te dije que no Emma, no me molestes con eso es un día estúpido

-Eres insoportable- dijo azotando la puerta del despacho y dirigiéndose a su escritorio
Dio un largo suspiro y se sentó frente a su computadora

-¿Sigue diciendo que no?
La voz tranquila de Charles la asusto haciendo que se golpeara la pierna con el borde de su escritorio
-Lo lamento no quise asustarte- se apresuró a decir el castaño mientras ocupaba su lugar
-No te preocupes, estaba distraída y no te escuché entrar. Si, sigue insistiendo en que es un día estúpido- Frost rodó los ojos

Charles dejó escapar una leve risita, hacia unas semanas que había empezado como aprendiz en ese trabajo y lo primero que aprendió es que ni la señorita Frost, ni el señor Lehnsherr se daban por vencidos fácilmente.
Emma intentaba que su jefe tuviera una cita en san Valentín, mientras que este se negaba rotundamente.

Charles encendió su computadora y sacó sus notas para comenzar su día, cuando Emma salto de su asiento
-¡¡¡¡TÚ!!!!
Charles la miro sorprendido
-Yo ¿Qué?
-Tú puedes hacerlo cambiar de opinión- dijo la mujer mientras le hacía ojitos
-No, ni se te ocurra, soy el nuevo ¿recuerdas? Necesito este trabajo
-Pero tú eres persuasivo y es muy difícil negarte algo, por favor

Charles sonrió y negó con la cabeza, tomó la agenda de su jefe y se dirigió a su despacho.
Golpeó la puerta y esperó.

La puerta se abrió de golpe –Ya te dije que no Emma- la voz de Erik se apagó en la última palabra –Lo siento Xavier, creí que eras Frost y su insistencia- dijo mientras se giraba y se dirigía a su silla
Charles se mordió el labio para no reír y lo siguió. Le describió con paciencia sus citas del día y dio la vuelta para volver a su trabajo

-¿Tu qué crees Xavier?
-¿Sobre qué señor?
-San Valentín- dijo
Charles se volvió y lo miró por un instante –Yo creo que es lindo, más allá de lo comercial, es un día que se celebra el amor. Y compartirlo con alguien debe ser más especial
Erik se quedó viéndolo por un momento y asintió –Por favor, dile a Frost que venga.

El día había llegado, Emma estaba emocionada, su jefe había dicho que sí y le dio unas instrucciones un poco extrañas.
Pero ella había aceptado gustosa al fin su jefe y amigo daba pasos contundentes en esa área.

Así que ahí estaba decorando la oficina con rosas y velas, algunas eran aromáticas, otras solo cumplían la función de darle una luminosidad tenue al ambiente. Los escritorios habían sido removidos y reemplazados por una mesa pulcramente puesta. Un pequeño catering se encargaba de servir la cena y enfriar la bebida.
-¿No crees que es demasiado?- Pregunto Erik a su espalda, Emma volteo a verlo y se acercó a arreglarle la corbata
-No, no es demasiado, llegas muy temprano- dijo con malicia
Erik no contesto y ocupo su lugar dejando una caja de chocolates sobre la mesa
-Yo voy a desplegar mis dotes de actriz y a retirarme, no lo asustes- dijo y se retiró
Erik bufo y se bebió su copa de un trago, estaba un tanto nervioso.

Charles sacaba su sopa instantánea del microondas y se disponía a mirar una de sus películas favoritas cuando su celular sonó. Dejo su comida en la mesa y después de revisar la pantalla del aparato, respondió
-Hola señorita Frost
-¡Charles!- Emma sonaba un tanto desesperada, el castaño se asustó
-¿Qué sucede?- dijo alarmado
-Charles es un desastre, Erik me acaba de llamar furioso, los preparativos que hice están incompletos. Los empleados no se presentaron y la pareja del ogro está por llegar. Tengo una media hora para solucionar todo y estoy a más de dos horas de distancia
Charles interrumpió un poco su discurso –Emma tranquilízate, ¿no tienes los números de los empleados que contrataste?
-No- se quejó la rubia- en la emoción me olvide de pasar los contactos a mi teléfono y quedaron en mi computadora

A Charles le pareció un poco extraño, ella nunca olvidaba nada. Pero siempre había una primera vez
-Esta bien yo iré por los números, así arreglamos el problema
-De verdad eres un amor Charles, no quería molestarte pero no tengo a nadie más y es una emergencia
-Despreocúpate, yo me haré cargo

Veinte minutos después, Charles salía del ascensor y chocaba con su jefe
-Señor Lehnsherr disculpe no lo vi, si me da unos minutos yo le soluciono el problema
Charles entro a la oficina sin esperar respuesta, pero al mirar el lugar se dio cuenta que estaba todo arreglado para la cita de su jefe. No faltaba nada.
Se dio vuelta y su jefe le estaba sonriendo.
-¿Señor?
-Solo dime Erik, Charles. Veras no sabía que opinión tenías sobre mí y tampoco quería preguntar, conozco lo que piensan de mí muchos de mis empleados y no es agradable. Y ante la insistencia de Emma con este día y tus palabras, pensé que sería bueno conocernos para que no te formes una idea equivocada de mí.
Sé que no fue lo más valiente traerte acá con engaños, pero soy un humano y le temo al rechazo. Déjame decirte que me tienes cautivado, no solo con tu belleza física, sino también como persona. Le das una chispa de alegría y color a todo cuando estas rondando estos lugares. Por eso le pedí a Emma que hiciera todo esto.
¿Qué dices me harías el honor de pasar este día conmigo?

Charles estaba sorprendido, pero no el mal sentido, estaba gratamente sorprendido. No iba a negar que su jefe tenía una belleza digna de admirar, pero siempre lo había visto como una figura de autoridad, algo agresivo si era honesto. Y ahora, frente a él, se presentaba de otra forma totalmente sincero y, porque negarlo, también dulce. Quería conocerlo, quería saber más que de ese lado.
-Debo decir que estoy intrigado y acepto pasar este día contigo
Se sonrieron ambos y se sentaron en la mesa para levantar sus copas
-Feliz día de san Valentín Erik
-Feliz día de san Valentín Charles

Planes de un amorOnde histórias criam vida. Descubra agora