Sinopsis

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—Dijeron que eras la mascota, el ganado de la familia. ¿Por qué no darles una cucharada de su propia medicina? —El misterioso hombre acariciaba los rubios cabellos de la joven que aún se encontraba en un trance. Ese extraño ser acariciaba su cabellera con una delicadeza sorprendente, casí como si estuviera curioso por los rizos suaves que se esparcían en la almohada.— Vaya, es de muy mala educación no responder. —El tono de voz que ejecutó y la forma en que comenzaba a mover su mano era perezosa, dirigiendo sus ojos dorados a los propios rosáceos de la muchacha que parecía inerte a su tacto.

¿Cómo entró a su habitación? ¿Ninguno de los chicos ha sentido la presencia de un intruso en la mansión? Eran las preguntas que nublaban su, por el momento, tambaleante memoria.

—¿Q-quién eres tú? —Fue lo primero que preguntó en cuanto pudo sentir el volver de su voz. Estremeciéndose ante la caricia que el hombre proporcionó en su mejilla, rozando en esta sus largas uñas negras.

—No tengo nombre. Puedes llamarme como gustes. —Respondió desinteresado, encogiendo sus hombros ligeramente con desdén sin detener los movimientos de su mano en el rostro de la chiquilla, a quien de apoco los nervios se le iban en subida.— Pero puedo decirte qué soy. —Ronroneo ensanchando de sus labios una sonrisa satírica.

—¿Eres un vampiro? —Dudó en un balbuceo, viendo los pequeños colmillos que se asomaban en los labios del azabache.

—No. —Sonrió más, con notable mofa en sus palabras.— Soy un simple sirviente que ha sido castigado y sentenciado a tener una mitad animal dentro de él. —Musitó suavemente acercándose cada vez más a la anatomía de Yui, soltando una risita cuando notó el calor repentino en sus dedos gracias al rostro sonrojado de la chica por culpa de sus acciones.— No soy un híbrido si es lo que piensas.

—¿Y las orejas? ¿Tu cola?

—Uhm, vivo con ellas, pero muy por el contrario a esas estupideces que suelen verse en historias y programas...—Rodó sus ojos antes de proseguir.— Yo soy conciente y dependo de mi mismo. No soy un sumiso que se deja doblegar. Cabe decir que cuando mi parte animal sale a la luz... No puedo controlarla.

—Algo así como... ¿Un hombre lobo?

—Parecido. —Río entre dientes.— Bueno, ya he respondido a tus preguntas. Ahora responde a la mía, ¿deseas que aquellas personas que te han estado violentado y privándote de tu libertad sean castigadas?

Komori abrió los ojos incrédula, por consecuencia el mayor dejó de mover su mano, quitándola para observarla con un resoplido escapándose de los labios. ¿En serio se hallaba dudosa? Su pregunta era respondida con la dubitativa instancia en que la fémina se hallaba sumergida. Se sentó en la gran cama estirando sus piernas y brazos cual minino, intentado mostrarse paciente aunque su cola azotando fuertemente la cama demostraba cuán fastidiado estaba.

—No puedo, q-quiero decir que no podría hacerles daño a ellos. —Finalmente respondió, recibiendo la atención del contrario quien le regaló una sonrisa divertida.

—No les harás ningún daño, como dije, solo será un castigo y durará hasta que hayan aprendido la lección y modifiquen su comportamiento inmoral hacia tí, pequeña humana. —Antes de que la joven lo interrumpiera, agregó:— Y finalizará cuando tú lo desees.

La joven lo meditó, viendo que el chico le tendía su mano para que aceptará y cerrara el trato impuesto. Estiró su brazo, mas no tomó su mano.

—Antes quiero saber, ¿por qué haces esto?

—Oh, inocente Yui, es simple. Todo ser manchado merece a un ángel para que los guíe. Ellos seguirán tratándote como tal si alguien no les ayuda a caminar por el camino correcto. —Entre cerró sus ojos pasando su áspera lengua por sus labios, volviendo a sonreír con aparente inocencia mientras que en sus ojos amarillentos un sombrío brillo se hacía a destacar.— ¿Y qué dices, angelito?

—Yo...—Volvió a dudar con la cabeza agachándose por la pena, exasperando por unos segundos al felino, aunque para su agradable sorpresa se encontró con una mirada decidida en cuanto Yui elevó el mentón.— Acepto. —Sus manos se encontraron y el pacto se cerró.

—No te arrepentirás, Yui.

Esas fueron las palabras que pudo escuchar antes de que cayera en las penumbras de un oscuro sueño, solo esperaba que arrepentirse fuera lo que menos quisiera.

#Próximamente.

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⏰ Last updated: Nov 03, 2023 ⏰

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