Prólogo

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_ Acrisio... Con cuidado has de andar, pues tu nieto te ha de matar y tu reino de acabar._ Esa frase no podría salir de la mente de Acrisio, rey de Argos. Debería tomar una acción inmediata, no podía permitir que su hija, Dánae, engendre a un heredero.

Esa misma noche, llamo a dos de sus guardias más leales, les informo de la situación y les ordeno que vayan a por su hija y la encierren en una de las mazmorras más custodiadas para que nunca tenga contacto con un varón.

Los guardias cumplieron con su obligación y fueron por Dánae, la cual empezó a gritar, pidiendo que la suelten, Acrisio hizo oídos sordos y fue a su habitación, donde lo esperaba su esposa. Al fin, luego de tantos días iba a poder dormir en paz.

A la mañana siguiente, cuando estaban sentados en la mesa, comiendo el desayuno, su esposa, Eurídice, pregunto.

_Esposo mío, perdone mi pregunta y mi interés, pero, ¿Sabe Usted donde se encuentra nuestra hija, Dánae?_

El Rey se hizo el desentendido, y contestando despreocupado, dijo que había huido, sin querer mantenerse un día más en el reino de Argos. Eurídice, preocupada, miro a su esposo, pero quedo callada, al ver la mirada fría que Acrisio tenía, y pensó que lo mejor era no hacer más preguntas.

Y así pasaron los días, las semanas y los meses. Acrisio creía que el problema estaba resuelto, que había evitado la profecía. Pero un día, un guardia fue hacia él a paso apresurado y le conto.

_ ¡Mi Rey! ¡Su hija, Dánae, está embarazada!_

Acrisio rápidamente se levantó de su trono, su cara roja de la furia miraba al guardia con odio.

_ ¡¿Cómo que embarazada?! ¡Incompetente! ¿Dejaron a alguien entrar? No, no... Mejor no responda._ Dijo Acrisio, al ver como el guardia estaba dispuesto a hablar._ Haré que lo condenen inmediatamente, mientras tanto yo iré a hablar con mi hija y arreglare el problema._

El guardia presa del pánico se quedó ahí quieto, sin saber qué hacer, mientras el Rey empezaba a caminar directo a las mazmorras.

_ ¡Hija! _Llamó Acrisio, mirando a Dánae, la cual se encontraba sentada en el suelo mohoso de la mazmorra_ No me dejas más opción que condenarte, yo te ofrecí la vida dejándote acá, sana salva... ¿Y así me lo agradeces?_

_ ¡¿Sana y salva?! ¡Me encerraste cuando no he hecho nada!_

_ ¡Basta! Recibirás el castigo que te mereces._ El Rey se marchó sin volver la vista atrás, mientras su pobre hija rompía en llanto.

Acrisio ordenó que metan a su hija en un cofre y la lanzarán al mar. Pero lo que él no sabía, era que el hijo que Dánae llevaba, era nada menos que hijo de Zeus, dios del Olimpo. Por lo que al ver como su amante era lanzada al mar, le ordenó a su hermano Poseidón que calmase el mar y la guiará a un lugar seguro, para que pueda vivir una vida alejada de su padre y que su hijo crezca sano y salvo.

Poseidón hizo lo que Zeus le ordeno y pronto el cofre con Dánae dentro llego a la isla de Serifos donde fue encontrado por Dictis, un pescador de la isla. Este al liberarla le aconseja que se dirija al castillo donde seria recibida por el rey de la isla, Polidectes, diciéndole que ahí podría criar a su hijo y vivir en paz. Dánae le hizo caso y fue hacia el castillo.

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⏰ Last updated: Feb 17, 2020 ⏰

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