1/1. Darkness.

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Se asomó por la ventana; la calle estaba desierta, el sol se había ocultado hacía unas cuantas horas, dejando una penumbra que no le agradaba, jamás le había gustado, aunque la mayoría de las personas solían asociar todo eso con ella y su personalidad, no tenía buenos amigos, ella sólo era la fastidiosa heredera, la niñita consentida de papá.

Nadie la conocía bien, salvo él, quizás, aun no comprendía la razón por la cual se había enamorado de ella, era todo un desastre, no podía y no quería relacionarse con el resto, según sus más recientes amigos, ella era la definición perfecta de antipatía.

Se quitó de la ventana, fue hasta la cama individual que había en el lugar y se recostó en el mullido colchón estaba cómodo, pero no se sentía confortable sin él.

Sintió que apenas había cerrado los ojos un instante, cuando escuchó ruidos a su alrededor, se incorporó sobresaltada, la pequeña lámpara estaba encendida, él estaba de un lado a otro, guardando la ropa, el primer pensamiento que llegó a su mente fue un simple «Va a abandonarme».

—Despertaste –se acercó a ella, la sujetó de las manos y se agachó hasta que sus ojos se encontraron –pensaba guardar las cosas antes de despertarte, pero ahora que lo hiciste, es mejor que te vistas.

—Pero...

—Vamos, no tenemos tiempo, nos encontraron, vienen hacia acá mientras te digo esto.

No tuvo que escuchar nada más, se puso de pie asustada, iba a comenzar a vestirse, cuando escuchó un ruido en la parte de abajo del lugar, ambos se miraron, él se llevó la mano a los labios, para indicarle que guardara silencio, para después sujetarla de la mano, ella asintió.

El varón caminó hacia la ventana, aun sosteniéndola fuertemente de la mano, la silueta de un par de hombres se distinguía a la perfección, y las pisadas en los peldaños eran cada vez más fuertes, aunque intentaban ser más silenciosos que nunca.

Lo sintió acariciarla suavemente del brazo, sabía lo que estaba pensando y no la dejaba más tranquila, todo lo contrario, la alteraba, negó para él, pero el joven se limitó a encogerse de hombros, era la única opción, no iban a detenerse hasta atrapar a uno de los dos, eso les llevaría al otro, o eso pensaban.

—No voy a irme sin ti –musitó.

—Tienes que hacerlo, es necesario, es más fácil para ellos dar con nosotros si estamos juntos, Pansy –la sujetó de la mejilla, de tal forma, que ella pudo notar que eso le estaba tomando casi todo de él, no quería separarse de ella.

—Harry –la voz se le quebró, sólo un poco, lo suficiente para que los ojos esmeraldas de él brillaran aún más con la tenue luz de la lámpara.

—Te amo ¿lo sabes, verdad?

—Estás aquí, atrapado conmigo, siendo emboscado ¿crees que no estoy segura de que lo haces?

—Sólo quería dejarlo más claro, por si comenzabas a dudarlo, Pans.

—Bien, salgamos de aquí ¿todo está listo? –él asintió.

—Tal y como fue planeado, cariño –le sonrió.

Cuando la puerta se abrió de un fuerte golpe, los hombres armados se atoraron en la puerta, al querer pasar más de uno a la vez, dándoles oportunidad a los enamorados, de sujetar las bombas de gas y abrirlas, dos en la habitación, desencadenando un caos, y dos por la ventana, alertando y confundiendo a las sombras que esperaban por si escapaban.

Corrieron por la cornisa, diseñada para un momento así, y una vez que cruzaron, Harry se encargó de ella, para que no pudieran seguirlos por ese camino.

Darkness || HansyWhere stories live. Discover now