Prólogo

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Cuando abres los ojos a un nuevo día estás ante la expectativa de lo que pueda pasar, desde enfermarte, que se haga tarde para algo, ganarte cincuenta mil libras en un ticket de lotería o que el desgraciado de tu profesor haga que cinco de tus compañeros abandonen la carrera por aventarles sus platos al suelo sin ninguna justificación; muy cruel, lo sé pero eso es un día típico para estudiantes de cocina. Hay miles de posibilidades de lo que puede pasarte al simplemente abrir la puerta de tu casa o departamento, pero estoy segura que lo que me pasó ese 22 de mayo de 2010 en horas de la noche no es algo que entra en la lista de posibles acontecimientos normales en la vida de una persona.

Si de algo estoy segura es que la vida puede darles a las personas más sorpresas inesperadas cuando menos se lo esperan de lo que uno cree, y ciertamente mi caso no fue la excepción. Nunca en mi vida llegué a pensar que el instinto materno podría despertar alguna vez en mí pero... ¿Cómo podría? Si mi madre no era precisamente la mejor candidata a madre del año y nunca entendí como era posible que alguien que no habías visto jamás pudiera hacerte sentir tantas cosas al mismo tiempo; felicidad, angustia y un amor incluso más profundo que la fosa de marianas y más grande que el universo mismo, pero entendí a que se referían cuando sentí el calor de su frágil y delicado cuerpo contra el mío, cuando vi como sus ojitos se abrían para darme cuenta que eran iguales a los míos y que solo eso bastó para que me enamorara completamente de ella.

De algo estaba segura y es que no sería nada fácil lo que nos esperaba, nuestras vidas ahora serían unas auténticas montañas rusas; con subidas lentas y que a veces iban a parecer eternas, bajadas estrepitosas que nos darían de lleno contra el suelo y encontraríamos algunas curvas muy pronunciadas que nos harían tambalear pero que estaba segura que no podrían con nosotras, tendríamos muchas risas y sin dudas habrían lágrimas en camino, muchas preguntas que responder y no estaba segura de si algunas tendrían una respuesta inmediata o la más esperada, pero sabía que nada de eso importaría mientras estuviéramos juntas para apoyarnos, siendo las dos contra el mundo. Sabía que nada podía ser tan malo mientras nos tuviéremos la una a la otra.

Pero para entender mejor todo esto regresaré en el tiempo a ese 22 de mayo de hace diez años, la noche que sin duda cambió mi vida para siempre, la noche en la que volví a ver a la última persona que imaginé que tocaría a mi puerta y la responsable de darme lo más hermoso que alguna vez pude conocer, el ser por el que mi vida cambiaria de manera inesperada. Mi pequeño milagro.

Espero que disfruten de esta nueva historia mis estrellitas naranja, recuerden seguirme en mis redes sociales para que sean los primeros en saber todo lo referente a mis historias. Nos llemos pronto.

 Nos llemos pronto

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⏰ Last updated: Mar 15, 2020 ⏰

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Mi pequeño milagroWhere stories live. Discover now