La memoria de una vieja maquina humana

13 1 0
                                    


   Recuerdo un hombre que conocí en esta la ciudad de Mesta. El era alto, totalmente albino, con ojos azules color cielo, arrugado como una uva pasa, y hablaba de forma extraña, a veces decía cosas incoherentes sobre un mundo muy distinto al que estamos. El decía que el siglo XXXIII nos había hecho daño. Decía que ahora no pensábamos que parecíamos poseídos por las maquinas que habíamos creado.

La verdad, era cierto. El decía que por allá por el siglo XX los humanos querían avanzar en tecnología, que querían dominar el mundo, querían agarrar el mundo con la manos y hacer lo que les viniera en gana. Recuerdo que el era un poco casca rabias. Se quejaba de sus 188 años de edad, decía que el tiempo nos había hecho mal. Me decía que llego un momento en el que empezamos a crear maquinas de forma alocada. Que estábamos tan deseosos de crear cosas para dejar de trabajar nosotros mismos que perdimos el control en un momento. Empezamos a crear maquinas que resolvieran nuestros males, cualquier mal que teníamos nos inventábamos una maquina que lo resolviera. Llego un momento en el que nos daba tanta pereza pensar, que creamos una maquina que creara maquinas para nosotros. De ese calibre eran nuestras ganas de no hacer nada.

El me contaba todas estas cosas con una mirada triste, con una vos melancólica, con un pesar que lograba estremecerme. También hablaba de el pasado como si su memoria fuera su mayor tesoro, me decía que muchas de estas cosas el no había podido vivirlas, pero que los recuerdos trasmitidos de generación en generación de su familia, las fotos que le habían podido mostrar, la alegría y la pasión con la que le habían contado estas cosas estaban impregnadas en el. A el no le molestaba morir, pero le aterraba vivir sin sus memorias, esa era su peor pesadilla.

El no tenia familia, ni hermanos, ni hijos a los cuales contarles todas estas cosas, así que el hablaba consigo mismo, se contaba una y otra vez las mismas historias para no olvidarlas y para distraerse. Cuando me conoció, tiempo antes de morir, me pidió que mantuviera su memoria viva, que le ya estaba viejo y que no duraría mucho tiempo. Yo no comprendia su necesidad de no ser olvidado pero eso hago, recordarle constantemente. Ese viejo era peculiar.

De el pasado me hablaba que la gente socializaba, me decía que hacían reuniones, que hablaban entre si y viajaban juntos, que habían bodas, algunas mas pomposas que otras pero que todas eran felices, habían parques de diversiones para que la gente jugara y se divirtiera, que había fiestas de cumpleaños para celebrar la vida, había funerales para celebrar la muerte, que todos estaban deseosos de conocimiento, que querían ser grandes a futuro y que habían algunos que se preparaban toda la vida para la grandeza. Que los animales hacían parte de las familias y que se daban amor mutuo entre ellas, que la gente hacia todo lo posible para gozar la vida.

Pero como todo lo bueno también habían cosas malas, por ejemplo guerras, disputas, secuestros, violaciones, mentiras, de todo tipo de maltratos tanto físicos como mentales, matanzas a gente inocente, que para algunos la vida eran injusta, pero que al menos era vida. El comparaba mucho antes con el ahora, y la verdad es que ahora es bastante diferente. Me dijo una vez que los humanos evolucionábamos para facilitarnos la vida.

Así empezó la era de la tecnología, todo se basaba el evolucionar para dejar de trabajar. Por ejemplo: creamos maquinas chef para los restaurantes, de manera que la comida sabia mas simple pero estaba hecha mas rápido, hasta que salió al mercado y todos tenia una, así que los restaurantes cerraron. También teníamos pereza de organizar y archivar papeles y tras de el hecho limpiar el reguero que se hacia en los pisos de las empresas, así inventamos un robot que archivara y limpiara por nosotros, hasta que se dieron cuenta algunos niños que estas maquinas también hacían las tareas y organizaban cuartos, nadie se dio cuenta como, pero estos aparatos también terminaron a la venta en los mercados, así que los niños dejaron de pensar y aprender. Estábamos aburríos de ser gordos y feos, y de tener que pagar demasiado dinero para una cirugía estética o de pagar un gimnasio que nos hacia cansar, aparte no todos los médicos eran buenos cirujanos, así que nos inventamos maquinas adelgazantes, embellecedoras y aparte una que hiciera cirugías, hasta que un pobre inteligente nadie sabe como hiso pero saco a la venta este producto, y pronto todos tenían una maquina así en casa.

Así nos fuimos comiendo la vida sin darnos cuenta, la malgastamos y no supimos como.

Cuando nos dimos cuenta, nadie salía porque no había nada que ver afuera, nadie se preocupaba porque todos tenían la vida resuelta, y dejamos de vivir. Todo se volvió pantallas y tecnología. Le perdimos el sabor a la vida.

Pero también pararon las guerras, no hubo mas matanzas, no mas violaciones, no mas maldad. Ya todo lo que queríamos lo podíamos comprar y sin trabajar porque había algo que trabajaba por nosotros. Aquel viejo estaba decepcionado porque después de vivir con maquinas y contemplar maquinas, nos volvimos como maquinas, pero no por lo inteligentes, si no porque tampoco tenemos vida.

Cuando se acabaron los terrenos con tierra dejamos de cultivar, al dejar de cultivar dejamos de cosechar, y sin cosechar no había ni verduras para nosotros ni para los animales. Cuando se acabo la verdura, empezamos con los animales, y cuando acabamos con los animales nos inventamos una pastilla, con todos los nutrientes que se suponía que necesitábamos, y dejamos de comer de forma saludable, ya que esta pastilla hace sentir llenura pero en realidad es como puro aire en el estomago.

Pero a nadie le importa, por que vivimos sin el menor esfuerzo. Intente un par de veces cumplir el sueño del viejo, hacer que todo fuera como antes pero no sirvió, la gente no te escucha cuando esta cómoda, pero cuando algo si los afecta a ellos ahí si se mueven.

Yo tengo 123 años, y ya me pesa el cuerpo. No pude cumplir el sueño del viejo pero tal vez es mejor estar así, sin sentir ni hambre, ni sed o fatiga y sin sentimientos o a lo que el le llamaba vida, en vez de tener dolor, felicidad y pena, vivir sin preocupaciones.

Igual aunque ni el viejo ni yo estemos de acuerdo así somos ahora, y tal vez en un futuro sea peor.


Natha Barrera

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 08, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La memoria de una vieja maquina humana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora