Día 1: En el trabajo

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Ser productivo es, básicamente, una de las labores más difíciles del diario. Sin embargo, despertar y decidirse a ser productivo también lo es, en especial si eres policía en un lugar como Karmaland.

No mal entiendan. En un inicio a Alexby le pareció genial ser reclutado para el cuerpo policial, mucho más si Fargan también había decidido aceptar y los dos se enfrentaron a esas pruebas. Fue emocionante, recibieron su entrenamiento, uniformes, armamentos y un lugar en el cuartel.

¡Esto va a flipar! – pensó luego de ese primer día. Incluso lo siguió pensando luego de la inspección que hizo por la ciudad junto a su compañero al día siguiente. Se sentía con un gran poder al colocarle diferentes multas al resto de sus amigos.

Entonces todo comenzaba a salirse de control. Que, si hubo allanamiento y embargo de moradas, si reportes de animales ilegales, si explosiones. Todo se iba acumulando, y Alexby iba sintiendo cada vez más la presión de ser uno de los pocos oficiales en aquel poblado.

Vaya mierda, es lo que dice antes de responder al teléfono de la comisaria.

Poco después de ello, Alexa lo abandonó: demasiado ridículo e infantil para cumplir con sus estándares al parecer. Alexby intentó hablarle, pero de todas formas no veía un futuro para los dos si permanecían juntos. Luego la muerte de Aleia y él podía sospechar que Persefone realmente lo maldijo en aquel reino, no estaba destinado a amar al parecer ¿de verdad tenía tan mala suerte? Dos casi novias y contando, no sabía si podía romper un récord.

Se enojó en un principio con Fargan al ser el causante indirecto de la muerte de Aleia, pero el enojo, al final, no le duró tanto tiempo como pensó. Es su compañero y él que más lo había apoyado en todo lo sucedido desde el desplante de Alexa. Le quería, e inicialmente pensó que ese cariño iba de la mano junto al tiempo que pasaban juntos, bromeando o investigando.

Pero mientras pasaban las semanas, las realizaciones que iba teniendo le hacían perder la cabeza. Más de lo que ya podía hacerlo.

Que Fargan tiene a Dulce ¡Joder! – Pensó una noche mientras se quitaba el casco. Esa semana había sido la peor de todas, inició con la explosión del molino. Ni un rastro había quedado de esa construcción. Luego su sala de interrogatorios. De eso sí podía sentirse orgulloso. Y siguió el hecho de reunir prueba tras prueba, hablar con diferentes sospechosos y enfrentarse a la negativa de Rubius antes de siquiera poder sacarle un poco de información. Aunque hubiera estado ocupado, su mente no dejaba de repetir la voz del castaño en un loop constante.

Alexby es que te quiero con locura. Y las ganas de morirse por estar igual que un crío enamorado también reaparecían.

Lo decía en broma, se repitió Alexby horas después. Es solo un juego entre nosotros, se dijo así mismo la mañana siguiente. Es mi compañero, pero las excusas desaparecían una vez que veía ingresar al de la máscara de búho con una gran sonrisa en la comisaría. Tenía que inventarse cualquier tontería para encerrarse en su litera y no verle a los ojos.

Las cosas empeoraron en definitivo cuando entendió el tipo de cariño que ya llevaba días sintiendo.

Tal vez hoy no "pueda" ir a trabajar. – Piensa esa mañana, pero revisa su calendario y es uno de esos días donde los informes están a su espera. Bufa, fuerte, frustrado y queriendo sacarse ese dolor de la cabeza y el pecho.

Una vez listo, se despide de Jimmy y camina ignorando casi todo a su alrededor. Lunes, día de mierda, con grandes ánimos para empezar la semana. Cuando llega, mueve los papeles a un lado, abre la botella que le dio de regalo Luzu ya semanas atrás y se sirve en su taza.

7 días, 7 momentos [Fargexby week]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora