Cuando nacieron las flores de cerezo.

1. El nacimiento.

Cuando nacieron las flores de cerezo.

Compendio. 

Declaimer: Los personajes de Boku no hero academia no son de mi pertenencia, todo esto proviene de un instinto por realizar más cosas para mi OTP crack, siksi

Aclaraciones: Este compendio tratara de mi OTP NatsuNeji donde se abordará las ideas que se me vengan a la mente, sin orden cronológico solo así nada más, pero abordara más temas sobre su familia y lo que sucede en su vida cotidiana. Más que aclarado, advirtiendo que, si no les gusta, pueden dar media vuelta y volver por donde vinieron sus almas curiosas.

Parejas: NatsuNeji, FuyuHawks, DekuMeli, Todochako, KatsuMomo, etc.

1. El nacimiento.

Es algo que nadie ha definido en realidad, ningún sentimiento se puede comparar con lo que inquieta a él y cuando ve las horas pasar, los nervios se apoderan de él tanto que sus pies parecen gelatina; su mirada viaja de lado a lado cuando ve a Fuyumi reír para hacer que se sienta un completo loco, nadie más le preocupa, sino que están ansiosos por saber que ha sucedido en ese lugar. Natsuo siente más preocupación de lo que puede pasar dentro de la sala, porque no es un valiente que se atrevería a entrar, sufriría más que ella de solo ver como hace ese esfuerzo descomunal y entonces sale uno de los médicos para notificar lo que ha ocurrido en la sala.

—Ha nacido un niño saludable —notifica el médico y los que están en el pasillo parecen emocionados ante tal noticia

Con aquello dicho, Natsuo se deja caer por completo en la silla, ahora se siente por completo perdido al no saber que hacer o como reaccionar; es uno de los tantos temores que había tenido desde que se había enterado que, iba a ser padre, Nejire varias veces se lo menciono, no se necesitaba ser experto en el tema y solo temía que todo recabara en uno de sus peores miedos a su vez odio que tenía en su interior. Aún es increíble saber que tiene un hijo, algo de su propia sangre tanto que no quiere terminar en un bucle como lo que le sucedió a él mismo, no quería dañarle, no quería terminar con su felicidad.

Pesé a todos esos pensamientos tan abismales que tenía, siempre estaba Nejire para sonreírle en las mañanas, recordándole que eso era lo que ambos deseaban, el formar una familia y ella se lo había comentado miles de veces, que iban a cometer errores porque sobre todo eran padres primerizos, no eran expertos en ese tema. No se nacía siendo experto en todos los temas, se aprendía con el paso del tiempo y se utilizaba para ir corrigiendo lo que se hacía mal. Es así como estaba por entrar a esa gran fase de enfrentarse donde no sabía que podía venir adelante, solo que se encontraba nervioso con solo entrar a la habitación donde estaba Nejire.

Nejire ríe mientras le extiende la mano a Natsuo para que se acerque, ella carga a ese pequeño ser que les atormento un poco en esos nueve meses, se encuentra envuelto en una manta azul cielo con copos de nieve que fue regalo de Fuyumi; al sentarse levanta un poco la cabeza para apreciar esa mullida carita que tiene, sus grandes cachetes rojos y esos ojitos que se encuentran cerrados. Su corazón se calienta con solo verle, sin necesidad de salir a afuera donde hace un terrible calor y sus labios forman una torpe sonrisa, no sabe lo que prosigue, pero ha quedado anonadado con ese pequeño ser que sigue sin saber lo que le rodea.

— ¿Quieres cargarlo? —Nejire le propone antes de pasarlo a sus brazos de Natsuo, le siente temblar con aquello y ve directo a los ojos—. Hey, no tengas miedo sino Natsu creerá que le están meciendo fuerte y llorara

— ¿Natsu? ¿Qué paso con los demás nombres que le pensaste? Creí que te había gustado uno mejor —es algo que Natsuo no se esperaba, mucho menos ese cambio de nombre

—Tengo mi razón especial —ríe Nejire antes de mover un poco la sabana que cubre el cabello del pequeño

Cualquiera que escuchara lo que Natsuo veía, creerían que es una locura de pensar y más cuando se trata de algo tan inexplicable que entiende que es como si el blanco invierno mismo se encontrara con el azulado verano en una misma sintonía; el cabello de Natsu era como una escala de colores que iba de blanco a partir de sus raíces e iba entonando en un azul hasta llegar al color azulado del cabello de Nejire, en las puntas de esté. Es un poco extraño decir que su hijo se llama Natsu como se le dice en japones al verano, cuando él ha nacido en medio de la primavera misma cuando los cerezos florecen y ocurre contrastes tan espectaculares, solo que ese niño tiene motivos para llevar ese nombre tan particular.

Natsu tenía una piel lechosa, un cabello particular —como la mayoría de los Todoroki si se ponían a pensar—, unos ojos azulados tan brillantes como si de topacio se tratara y un increíble horario noctámbulo para despertar a sus padres a altas horas de la noche.

Aunque tanto Nejire como Natsuo se encontraban enamorados con la idea de tener a alguien más en ese pequeño apartamento en el que vivían con solo dos habitaciones y lo demás no necesitaban de muchos lujos porque son felices. Pesé a que en la primera semana llevaron días sin poder dormir, horas donde trataban hacer que él bebe pudiera conciliar el sueño para poder descansar ellos y la idea de ir adaptando a su hijo a su horario para que no estuviera en las noches demandando atención hasta que lograran hacer que durmiera por lo menos unas cuantas horas. Era como pensar la idea de que Natsu iba a ser igual que Keigo y estaban demasiado equivocados y no era para saber todas las cosas que el pequeño hacía en las noches para captar la atención de uno de ellos; lo lograba porque pasaban las horas con él con solo intentar que conciliara un poco de sueño.

Lo de ser padres era una tarea que iban aprendiendo poco a poco.

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Notas del autor:

Pues he iniciado algo nuevo, pero de este no sera actualizado tan diariamente sino cuando tenga tiempo. Claro que el tiempo se me ha reducido al 1% por las tareas, graduación y eso; presentando a mi maravilloso nene (?).

No sé que más decir, solo espero que les guste y hasta la proxima.