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¡Era una locura! No podía declararse de esa manera a Bakugo, era demasiado estúpido, lo amaba, debía decirle algo mejor, ¡No debía ser una idiota!
—¡Bakugo! —Gritó Tauro mientras caminaba hacia Bakugo, su frente sudaba y sus manos no dejaban de temblar
El semblante del rubio era serio, o al menos así para ojos de Tauro, Tauro se había quedado helada enfrente del chico.
—¡Y-yo...!
Desde hacía tiempo quería decirle lo que sentía, quería decirle cómo había llegado a amarlo tanto, cómo era que sus sentimientos ya no eran como una mera amistad, como era que lo amaba. Más que nadie.
—¿Que quieres maldita extra?! —dijo el chico con su tono de voz tan característico, Tauro solo tembló y bajo la cabeza
—¡Yo...!
Tal vez el consejo de Libra, Piscis y Geminis le serviría, tal vez podría funcionar, aunque esas locas no servían mucho. Eran unas locas.
—¡Te quiero más que a la comida!
Bakugo solamente frunció el seño y soltó una risa rasposa, el corazón de Tauro se estrujó y sus ojos comenzaron a picar levemente.
—¿Más que a la comida? ¿Que tipo de declaración de mierda es esa? —Preguntó Bakugo con cierta ironía
—Bueno... —Pequeñas plantas tomaban los pies de Tauro —Yo...
Bakugo se acercó poco a poco.
—¡Yo también te quiero más que a mis putas explosiones plantas de mierda! —dijo Bakugo mientras abrazaba a la chica en un movimiento rápido
Tauro solo correspondió el abrazo.
Se querían mucho.
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