❪ Seducción ❫

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Chenle estaba muriendo por atención.

Quería mimos de su novio, pero nada funcionaba, o bueno, al menos no aún.

Jisung no despegaba la vista de la computadora ni dejaba de teclear erráticamente; Chenle, incluso trató de llamar su atención actuando tiernamente, pero el menor seguía muy concentrado en su ensayo.

-Quítate hyung, ¡¿no ves que ya quiero terminar esto?! Y tú sólo me estás atrasando.- Empujó bruscamente al mayor para que este se levantara de su pierna que había convertido en asiento.

-Agg, Jisung.- Se quejó cuando estuvo a punto de caer al suelo, el contrario no le tomó importancia. -No te voy a quitar ni un minuto si me das aunque sea un abrazo.- Jisung bufó.

-Escucha hyung, estoy a punto de terminar esto, lo enviaré y luego podremos hacer todo lo que quieras. Pero ahora déjame continuar en paz, ¿si?- Le pidió sin mirarlo a los ojos.

Chenle frunció el ceño. -¿De cuánto tiempo estamos hablando?-

-Mhm bueno...- Dio un vistazo a la hora que indicaba la pantalla. -Aún tengo que modificar algunas cosas y corregir... Así que será una hora... O quizás más, no sé. Espera un poco más y ya.- Se encogió de hombros.

Chenle suspiró y sin decir nada más salió del estudio para dirigirse a la habitación del menor sin muchas ganas; cuando llegó ahí se acostó en la cama y cerró sus ojos con la intención de dormir un rato, pero por más que trató no lo logró, así que para calmar su aburrimiento se acercó al armario de Jisung, de ahí sacó su propia ropa de un espacio que el menor le había dejado usar para las veces que quisiera quedarse a dormir, y como no recordaba qué tanta tanta ropa había en el armario ajeno pensó que sería buena idea averiguarlo.

Sacó un gran bulto de ropa que colocó en el suelo y comenzó a probarse distintos conjuntos con diferente ropa.

Empezó con un pijama que tenía diseño de frutas, muy bonita; luego siguió con unos pantalones blancos que combinó con una camisa de rayas negras; después fue por una falda blanca que tapó con una sudadera azul bebé; posaba y se tomaba algunas fotos frente al espejo de cuerpo completo.

Estaba tan ensimismado en su juego que cuando se dio cuenta ya había pasado un largo periodo de tiempo, y fue ahí cuando una idea malévola pasó por su mente, provocando que una sonrisa traviesa se formara en sus labios pintados de un suave tono rojizo.

Buscó en lo que estaba pensando y cuando lo encontró se apresuró en despojarse de toda prenda que portaba quedando únicamente con sus graciosos calzoncillos de Bob Esponja; luego se cubrió con un atuendo con el que había cambiado en totalidad su apariencia tierna a una más sexy y atrevida, ya que ahora usaba una falda negra ajustada y un crop top transparente con tonalidad rosada, este se suponía que debía ser usado con algo debajo pero Chenle prefirió no hacerlo para exponer su torso, y finalizó su atuendo con unas medias largas del mismo color del top.

Como había transcurrido un tiempo de casi más de una hora, supuso que muy seguramente Jisung aún se encontraría trabajando, a punto de terminar, así que su plan consistía en seducirlo.

No había falla. Sólo iba a pedir un poco de atención y mimos, después de eso, el coreano podría enviar su tarea.

Se colocó una bata de dormir que lograba ocultar gran parte de su cuerpo y bajó al estudio donde trabajaba Jisung.

Y como era de esperar, el coreano se encontraba postrado en su escritorio, muy centrado con lo que hacía. Chenle se acercó.

-Sunggie...- Ronroneó, acariciando el hombro de Jisung y jugueteando con los cabellos de este. Se sintió algo nervioso, realmente no sabía cómo iba a seducirlo.

-Dime, hyung.- El aludido frunció el ceño al escuchar el tono fastidioso con el que el menor se refirió a él.

Ahora, Chenle haría lo primero que viniera a su cabeza con tal de conseguir lo que quería.

-Sé que aún no debía venir... Y que no debería molestarte... Pero en serio quisiera que me dieras un abracito siquiera.- Con un puchero instalado en sus labios y deslizando su mano sobre los hombros ajenos tomó asiento en el regazo de Jisung, apresando el muslo del contrario entre sus piernas. -¡Por favor, Park!- Subió ambas piernas, ocultando su rostro en el pecho del menor para que este no se percatara de su perversa sonrisa que formó cuando sintió las grandes manos del mismo posarse en su cintura, cediendo rápidamente a sus encantos. -Sí, así.- Susurró, aliviado al sentir la calidez que le daba el estar acurrucado con su Jisunggie.

Ni siquiera fue necesario esforzarse demasiado.

-Mjj, hyung, te vas a caer.- Abrió los ojos con sorpresa cuando Jisung tomó su cuerpo con la intención de levantarlo de su regazo.

-No, Jisung.- Se removió para impedir la acción del contrario, fue entonces ahí cuando la bata se abrió al deslizarse por sus hombros.

Jisung se detuvo cuando su mirada se topó con el cuerpo del chino vestido con un atuendo muy coqueto.

-¿Por qué te has puesto eso, hyung?- Su voz apenas le salió, pues se encontraba maravillado con lo que veía.

-Porque me veo bonito usándolo.- Se encogió de hombros sin percatarse de la forma en la que era examinado. -Amh... ¿No te gusta?- Arqueó una ceja.

-¿Oh?- Despertó de su ensoñación. -Por supuesto que sí.- Tomó las caderas de Chenle y le ayudó a ponerse a horcajadas. -Me gusta mucho como te ves.- Ordenó un mechón que le impedía ver los ojos de Chenle.

El mayor, lo miró un poco extrañado pero pronto desapareció esa expresión por una sonrisa acompañada de un sonrojo.

-¿En serio te gusta?- Preguntó tímido.

-Sí, mucho.- Rozó la cintura de Chenle con la yema de sus dedos, contorneando la bonita figura de esta.

Jisung se había olvidado totalmente de su trabajo cuando Chenle se atrevió a besarlo con mucha delicadeza y cariño.

Oh, aquel gesto provocó que ambos sonrieran como un par de bobos en medio del beso que poco a poco se fue intensificando; pasando de ser inocente a apasionado y hambriento.

Chenle soltó un jadeo cuando Jisung mordió su labio inferior con la intención de poder introducir la lengua en su cavidad bucal.

Las manos de Jisung comenzaron a viajar sobre el cuerpo de Chenle, desordenado su ropa, pues sus ganas de despojarlo de estas lo más pronto posible eran inmensas; así que cuando tuvo oportunidad se despegó de los labios de su novio, mientras el chino de restregaba necesitado sobre su regazo, dirigió sus manos al escritorio, guardó los avances de su tarea y apagó la computadora, después volvió a llevar sus manos a los muslos del contrario para alzarlo.

De esa manera, subieron a la habitación.

Arrojó a Chenle con cuidado sobre el colchón y de un jalón le quitó la falda, pues quería verlo, y volvió a besarlo mientras acariciaba su cuerpo y le decía lo mucho que lo quería.

Ah, aquello era mejor que simples mimos.

Girly「JiChen」Onde histórias criam vida. Descubra agora