Prólogo

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— Padre, no sé cómo debo hacer esto —dijo el castaño mirando al hombre a su lado, quien parecía no querer responder, volvió a centrar su mirada en el rubio frente a él, este se acomodó el cabello hacia atrás con una mano de forma despreocupada y respondió:

— Déjamelo a mí —esbozó una sonrisa brillante que hacía que sus ojos se cerraran en medias lunas, todo él estaba rodeado por un aura de juventud y picardía. El rubio extendió una mano mientras se presentaba—. Gusto en conocerte, mi nombre es Son Dong Myeong.

— Mi nombre es Son Dong Ju, el gusto es mío —dijo el castaño mientras hacía una reverencia, ignorando por completo la mano que fue extendida hacia él.

El rubio exhaló un bufido mientras se cruzaba de brazos.

Parecía no haber una buena forma de presentar a dos hermanos.

— Bueno, eso fue incomodo —dijo Dong Myeong jugueteando con la manga de su suéter —. Bien hecho Dong Ju, esto es tan desastroso como lo imaginé.

— ¿Te molestaría usar los honoríficos al hablar? —preguntó Dong Ju en un tono serio— Sé que eres de una cultura diferente pero ya no estás en América.

— ¿Qué le hiciste? —preguntó el rubio a su padre aguantando una carcajada— Suena como una pequeña versión malhumorada de ti.

— No sé cómo has sido criado hasta ahora Dong Myeong pero en esta casa no molestamos a nadie, sé amable con Son Dong Ju —respondió el hombre mirando a su hijo de forma severa.

— Oh no, no me mires así, puede que con el dulce Dong Ju que tienes aquí te funcione, pero no conmigo —respondió el rubio devolviendo una mirada feroz.

El entrecejo del mencionado se frunció, obviando las palabras de su padre y el evidente parecido físico se negaba a reconocer a esta persona como su hermano, le bastaron pocas líneas para que las diferencias entre ellos se hicieran evidentes. Esperaba seriamente que su padre lo reprendiera o que lo mandara en un avión de regreso a su país, sin embargo, ante el comentario irreverente este solo disimuló una sonrisa tras su puño.

— En serio creciste con tu madre —afirmó con un dejo de diversión nostálgica en su voz—. ¿Sigue siendo tan peculiar como la recuerdo?

— Está más loca cada día.

— Hace mucho no nos saludamos, ahora que estás aquí es una oportunidad perfecta para que nos visite en las próximas vacaciones.

— Claro, siempre y cuando estés dispuesto a invitarla junto con su nuevo novio y su futuro hijo —respondió el rubio sin ocultar su desdén.

— ¿Omma se volvió a casar? —preguntó Dong Ju con una voz más alta de lo usual en él, por lo que tomó aire y preguntó más calmado— ¿Cuándo se casó nuestra madre?

— No se ha casado, solo conoció a un tipo en un club y lo metió a nuestra casa, luego se embarazó de ese bueno para nada y me envió lejos —el enojo en sus palabras era casi palpable.

— Veo que no me invitaron a la reunión familiar —se escuchó una voz femenina desde las escaleras.

Una mujer de cabello negro, usando un vestido del mismo color y labios carmesí que se estiraban en una sonrisa lobuna, derrochaba seguridad a cada paso, como si fuera la emperatriz del lugar y nadie tuviera derecho a mirarla como menos que eso, características que a Dong Ju le disgustaban en secreto y que Dong Myeong empezó a odiar de inmediato.

— Tu debes de ser Sun Mi —afirmó el muchacho.

— Y tu Dong Myeong.

El rubio se inclinó de forma poco disimulada hacia Dong Ju, haciendo que este retrocediera desconcertado.

Son'sWhere stories live. Discover now